Un toque francés en las barras sevillanas

Por fuera parece un bar más de Los Remedios, aunque el tablón que anuncia las tapas y platos del día ya avisa al cliente de que le espera algo distinto. El interior, con pósters y fotos de París de los años 20, va confirmando la impresión de novedad que se revela completamente cuando se prueba los distintos patés, el maigret de pato a la naranja, la quiche de Lorraine o la tartillette (patata al horno gratinada con un queso especial). Y es que el Café Bari (Virgen de la Estrella) es uno de los pocos lugares en Sevilla (junto al Soravito de la calle Valparaíso o el Patito de la calle Arrayán) donde la gastronomía francesa, número uno del mundo hasta que Ferrán Adriá y compañía vinieron a disputarle el liderazgo, tiene presencia en Sevilla. Aunque Johanne, su dueña, matiza que aunque sí tiene recetas francesas -y vinos en invierno- el menú es más bien internacional, con platos como el atún con cebollas al curry, el queso de cabra gratinado con miel y romero o el pan de la casa de torta de la Serena con pimientos confitados. Ella sí es parisiense cien por cien, aunque su acento casi genuinamente sevillano apenas la delate. No en vano, lleva cinco años en la ciudad de la Giralda, donde llegó con su novio, Sergio, quien es en realidad el cocinero del café. Titulada en Hostelería, afirma que la cocina francesa sigue siendo un referente, aunque mediatizada por el precio de sus productos. Como ejemplo, su ensalada "de jamón de pato y mollejas; no es simple lechuga con cebolla".