Sequía

Las últimas lluvias en Sevilla garantizan el consumo de agua otros cinco meses más

Dos personas con paraguas en el Rectorado de la Universidad de Sevilla.

Dos personas con paraguas en el Rectorado de la Universidad de Sevilla. / Redacción Sevilla

El nuevo año se ha estrenado muy bien en lo meteorológico. Especialmente si se tiene en cuenta el estado de sequía en el que se encuentra Sevilla. Las lluvias caídas en la provincia la última semana han aportado a los embalses que abastecen la capital andaluza agua para el consumo de cinco meses. Un gran alivio que retrasa las posibles restricciones y la bajada de presión que ya plantea la Junta de Andalucía. La noticia negativa es que no se atisban a corto plazo la llegada de nuevas borrascas que completen, al menos, un año más sin tener que recurrir a medidas tan drásticas. 

Tras un arranque de año bastante frío, la segunda quincena de enero se estrenó con lluvias. Lo hizo durante cinco días. Desde el lunes 15 al viernes 19, jornadas en las que se hizo imprescindible el uso del paraguas. Varias borrascas (con sus pertinentes nombres) se sucedieron. Una inestabilidad que ha resultado muy beneficiosa para los embalses que gestiona Emasesa, la empresa metropolitana de abastecimiento de agua. 

A principios de la semana pasada este sistema -integrado por los pantanos de Aracena, Zufre, Minilla, Gergal, Melonares y Cala- estaba al 32,5% de su capacidad, con 208,38 hectómetros cúbicos de agua, según la información publicada por este periódico en aquella fecha. Siete días después, tal cifra se ha incrementado hasta los 251,48 hectómetros cúbicos, esto es, al 39,2% de capacidad

Todo un alivio

La subida no resulta nada baladí si esta aportación se traduce en días de consumo. Las lluvias de la semana pasada han supuesto una inyección en los embalses de 43,10 hectómetros cúbicos, lo que supone cinco meses más de consumo. Una cifra que en las actuales circunstancias supone todo un alivio, aunque tal cantidad no es suficiente para que Sevilla abandone la fase de emergencia establecida por Emasesa. 

Debe recordarse que a principios de año el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Joaquín Páez, informaba de que con el nivel de reserva de entonces había agua garantizada para el consumo humano en Sevilla para poco más de un año. Con esta última aportación, se llegará al año y medio, sin contar con posibles restricciones ni bajada de presión en el suministro. 

Las reservas actuales

De todos los pantanos que componen el sistema de abastecimiento, el del Gergal, al 77,3%; el de la Minilla, al 59,6%; y el de Cala, al 49,8% son los que mejores porcentajes de reserva presentan. Pero si se tiene en cuenta el volumen embalsado, la cifra más importante la logra el de Melonares, el último en incorporarse a esta red y que es fruto del empeño puesto a mediados de los 90 (cuando Sevilla sufrió una de las peores sequías) por la alcaldesa Soledad Becerril. El agua almacenada llega ahora mismo a los 88 hectómetros cúbicos. La lluvia caída la última semana (mucha de la cual ha llegado a estos pantanos mediante las escorrentías) supone una cuarta parte de la capacidad total de Melonares. 

Según fuentes de Emasesa, los embalses de Melonares, Zufre y Aracena han sido los que han recibido mayor cantidad de aportaciones en las lluvias de la semana pasada, especialmente abundantes en zonas de sierra, donde se encuentran estas reservas.

El anticiclón

Enero y febrero suelen ser los meses más lluviosos en Sevilla, cuando las precipitaciones resultan abundantes y provechosas, pues el hecho de que las temperaturas no sean demasiado altas permiten que la tierra no se seque y el agua llegue por completo a los embalses. Sin embargo, la predicción de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para la semana actual juega en contra. No se prevén nuevas borrascas, pero sí una subida de las máximas, que dejará una meteorología propia de la primavera, con 24 grados. El anticiclón se mantendrá, al menos, hasta el domingo. 

Esta aportación pluvial se conoce después de que hace escasos días desde la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento hispalense se anunciara que después de la Feria comenzaría a bajar la presión en el suministro de agua por las noches. En verano llegarían las primeras restricciones. 

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