Las obras que se acometen en las Urgencias del Hospital Infantil han provocado el traslado de este servicio esencial a un módulo prefabricado, donde los casos sospechosos de Covid comparten espacio durante las esperas con los niños que acuden por otros problemas de salud. 

Hasta finales de agosto en las Urgencias del Hospital Infantil han funcionado dos circuitos asistenciales, como establecen los protocolos de la pandemia: uno destinado a los casos sospechosos de Covid y otro destinado al resto de urgencias. 

Desde que se iniciaron los trabajos de reforma en el edificio del Intantil, todos los pacientes comparten sala de espera, lo cual supone un elevado riesgo de contagio. Por su parte, las fuentes oficiales del Hospital Virgen del Rocío afirman “que los circuitos Covid y no Covid están diferenciados", si bien añaden que sólo se dispone de un solo triaje en las Urgencias del Infantil, que ocupa el módulo prefabricado. 

Las mismas fuentes oficiales explican que se está proyectando un segundo triaje (proceso de clasificación de los pacientes en función de la gravedad y del cuadro clínico) con la colocación de una otra "caracola".

El Sindicato de Enfermería Satse ha remitido un escrito a los responsables del centro para que se garanticen los dos circuitos y espacios claramente diferenciados para evitar los contagios. De momento, todos los niños que acceden a las Urgencias del Infantil comparten una zona de admisión hasta que el equipo de enfermería recoge sus datos y procede al triaje (clasificación de los enfermos en función de la situación clínica), lo que supone un elevado riesgo de contagio para pacientes y personal.

Profesionales de enfermería de Urgencias exigen que todos los efectivos dispongan del material de protección, ya que no existen en este momento espacios “sucios o sospechosos de covid” y “espacios limpios o sin sospecha de casos Covid”. Sólo los efectivos en los denominados "espacios sucios" disponen del material de protección.

Para los pacientes frágiles, como son los niños inmunodeprimidos, se ha dispuesto de un espacio propio en consultas externas que comparten con los recién nacidos, de modo que el aislamiento ante un posible positivo entre los más pequeños tampoco está garantizado, denuncian profesionales sanitarios.