Aunque el juego no está siendo todo lo brillante que se esperaba y el propio Eduardo Berizzo ha reconocido que su equipo está aún en fase de crecimiento, el excelente arranque del Sevilla, segundo en la Liga por detrás del Barcelona y habiendo arrancado un empate en Anfield al Liverpool en la primera jornada de la Champions, tiene disparadas las ilusiones del sevillismo. De hecho, con el argentino en el banquillo, el equipo nervionense ha firmado el tercer mejor arranque liguero de la historia del Sevilla, y el de Córdoba es, además, el debutante con mejores números en su primera temporada.

El Sevilla acumula con Berizzo tres victorias y un empate en cuatro partidos, 10 puntos sumados de 12 posibles (se dejó un empate con el Espanyol en casa en la jornada inaugural), y sólo un gol encajado (ninguno como visitante). Unai Emery, actual técnico del PSG, por ejemplo, consiguió también 10 de 12 pero no en su primera campaña en el Sevilla, sino en la 14-15 y con mejor balance de goles, pues anotó ocho tantos y recibió tres.

El Sevila 17-18 lleva siete partidos sin perder (cuatro de Liga, dos del play off de la Champions ante el Basaksehir y el del Liverpool en la fase de grupos). El Sevilla logró el triunfo en el último partido ante el Girona (0-1) haciendo muchas rotaciones en el equipo, ya que hasta ocho cambios introdujo Berizzo en su once inicial con respecto al equipo que se enfrentó al Liverpool. Un gol de Muriel sirvió para que los blancos sumaran su tercer triunfo en la presente Liga.

Como mejor arranque de la historia permanece vigente el de la 40-41 con Patricio Caicedo en el banquillo y la célebre delantera stuka, que tomó el nombre de los aviones alemanes de la Primera Guerra Mundial. En dicha campaña logró los mismos resultados que en ésta pero con una diferencia goleadora abrumadora. En las cuatro primeras jornadas el Sevilla hizo 27 goles y recibió seis. En la inaugural le endosó un 11-1 al Barcelona, en la segunda ganó 0-4 en Oviedo y en la tercera consiguió un 10-3 ante el Valencia. Ya en la cuarta empató a dos goles con el Celta de Vigo. Esa temporada fue primero hasta la jornada 11, pero acabó la Liga en la quinta posición.