A falta de que este jueves, a partir de las 20:00, se dispute el Brasil-Serbia, con la posibilidad de que jueguen Alex Telles, Dmitrovic y Gudelj, la participación de los mundialistas en la cita de Qatar deja las mismas pistas que el rendimiento de los jugadores en el Sevilla. Delaney terminó lesionado en el Dinamarca-Túnez (0-0), partido en el que Dolberg volvió a mostrar su indolente absentismo; Papu arrastró sus años con la inoperante Argentina, en cuya derrota ante Arabia Saudí jugó un rato Acuña y Montiel esperó turno. Y en el Marruecos-Croacia, Bono se erigió en salvador de su equipo con tres o cuatro intervenciones clave, mientras que En-Ensyri apenas roscó bola. Un calco, en definitiva, de lo que ocurre en el Sevilla.

El Mundial se aparece como un insospechado escaparate invernal para la compraventa de futbolistas con el Sevilla urgido de una profunda reestructuración de su plantilla por el deficitario rendimiento de la misma tras una planificación estival fallida. Tanto José Castro como Monchi y José María del Nido Carrasco no sólo han pedido disculpas sino que han prometido en diferentes foros que habrá sustanciales cambios.

Y no será nada sencillo, por varios factores ya descritos sobradamente: a los dos ejercicios deficitarios seguidos, los 41 millones que presentó en 2021 y los casi 25 (24,81) que va a presentar en 2022, se une que la plantilla ha envejecido mal, con contratos elevados – 193,238 millones cuesta la actual, por los 180,271 millones que costaba la de la temporada 21-22–. Y hay pocos futbolistas con cartel de verdad para traspasos que dejen plusvalía.

Tanto se ha depreciado la plantilla del Sevilla que, según la web especializada en mercado Transfermarkt ya coloca a Bono como el único futbolista que tiene una estimación de cotización de 15 millones de euros. Todos los demás están por debajo de esa cifra, con apenas Alex Telles (cedido por el Manchester United), Joan Jordán, Acuña, Lamela y Tecatito (ausente por lesión del Mundial) los únicos que llegan a 14 millones. Los tres delanteros, Dolberg (cedido por el Niza), En-Nesyri y Rafa Mir están valorados en 12 millones de euros. En total, la plantilla se ha depreciado hasta los 225 millones, por los 360 millones de euros en que era valorada la temporada pasada, antes de los traspasos de Koundé y Diego Carlos.

Futbolistas como Joan Jordán o el propio En-Nesyri se han depreciado bastante y ya no se contabiliza a Ocampos, cedido en el Ajax. Así, Bono se presenta como el mejor valor para adquirir la necesaria plusvalía para revisar la planificación. Y el meta ya ha demostrado en su debut en el Mundial que incluso puede subir su cotización.

La idea del Sevilla es no tener que usar ese as en la manga, ese comodín salvador que sería Bono como pieza de mercado. Entiende que hay otros futbolistas que pueden tener atractivo, como Rafa Mir, aunque este sería con una menor plusvalía, ya que le costó al Sevilla en el verano de 2021 16 millones de euros y el máximo goleador del Sevilla (4 tantos) tampoco está despuntando como para subir mucho de ahí. El mercado manda y lo más problemático será deshacerse de fichas de algunos veteranos que son un lastre. Pero por si todo va mal... ahí está Bono.