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La familia Cisneros lamenta su ausencia en la ampliación de la ciudad deportiva

Castro, en el acto de la primera piedra ante Del Nido Carrasco, Gabriel Ramos, Monchi y Lopetegui..

Castro, en el acto de la primera piedra ante Del Nido Carrasco, Gabriel Ramos, Monchi y Lopetegui..

Las aguas están revueltas entre las grandes familias históricas y los distintos grupos de accionistas mayoritarios. Cualquier gesto puede herir sensibilidades y la familia Cisneros, por ejemplo, ha lamentado la ausencia de ninguno de sus representantes en el acto de la primera piedra del nuevo edificio de la ciudad deportiva José Ramón Cisneros Palacios.

José Ramón Cisneros, nieto del presidente que llegó a la presidencia del club en 1968, ha publicado un tuit reivindicativo sobre la figura de su abuelo como creador de la ciudad deportiva durante su mandato. En el mismo lamenta la ausencia de ningún descendiente en tal acto, con el que el Sevilla le dará una mayor dimensión al complejo, con nuevas instalaciones exclusivas para el primer equipo.

No queda ahí la cosa. El consejero Enrique de la Cerda Cisneros, también nieto de José Ramón Cisneros Palacios, presentó asimismo una queja formal al consejo de administración en su última reunión, en la que lamenta que no fueran invitados al acto ninguno de sus descendientes. E incluso deja entrever que la actual lucha accionarial está detrás del lapsus de protocolo del actual consejo, según su opinión: "Las familias sevillistas de base deberían siempre primar y estar por encima de guerras accionariales, disputas de poder, dinero o intereses", dice en un extracto de su carta.

De la Cerda Cisneros leyó su carta de reclamación, cuyo contenido íntegro es el siguiente:

Me siento en la obligación de dirigirme a este Consejo de Administración del Sevilla F.C., en mi condición no sólo de consejero desde hace cerca de diez años ya, sino también como miembro de la Familia Cisneros, familia de tradición y nombre sevillista en la ciudad, por todos conocido, y de cuyos miembros este Consejo de Administración ha tenido el privilegio en todos estos años de contar con hasta un presidente, un consejero, un vicesecretario y dos secretarios.

Y os lo dice alguien que no ha faltado a ningún acto, homenaje, reconocimiento o distinción que se haya concedido a las familias, de tradición y arraigo sevillista, de los miembros de este consejo.

Y lo hago, tristemente, y después de tantos años, por los hechos acaecidos en la reciente colocación de la que llamaron erróneamente primera piedra de la proyectada reforma de la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios, día en el cual, y a pesar de la numerosa comparecencia de medios, empleados, afines y miembros del consejo, no se tuvo la deferencia, el detalle o el gesto, sin explicación o disculpa alguna, de invitar a ningún miembro de mi familia, aún existiendo en la misma una trabajadora y un consejero en la actualidad. Nunca pude imaginar un desplante o menosprecio así.

Hago mías y os traslado unas líneas que expresan el sentir de mi familia, lo que este hecho ha afectado, el malestar y desilusión ocasionados.

"En la Puerta Real de Sevilla hay un pequeño monumento, una piedra, conocida como La Piedra Llorosa donde derramó sus lágrimas el alcalde Don García de Vinuesa, cuando no pudo evitar mediante indulto el fusilamiento de algunos sublevados sevillanos contra la reina Doña Isabel II…

En la carretera de Utrera existirá para la eternidad una piedra colocada sobre la idea genial que hace 50 años tuvo un clarividente, adelantado a su tiempo, altruista e incondicional sevillista de la calle Gravina, ahora ya con 50 lágrimas encima... todas ellas imposibles de enjugar pues ninguno de sus descendientes quiso el destino estuviésemos presentes para ello.

Los hombres desaparecen, pero sus obras quedan en la memoria de los bien nacidos con el deber de honrarla y en el subconsciente de los aficionados vibrante y vivo... Va por ti, abuelo, nos mantendremos vigilantes guardándote siempre tu sitio, el sitio que por méritos te corresponde".

Pobre de aquel necio que pierde la memoria, olvida su pasado o vuelve la cara a su historia y a quién honró y forjó las bases de su futuro, porque carece de principios y retrata su ruin naturaleza. La educación, tradición y el respeto a las familias sevillistas de base deberían siempre primar y estar por encima de guerras accionariales, disputas de poder, dinero o intereses.

Si se hubiera querido castigar a este consejero, lo podría llegar a entender, nunca a compartir, pero castigar a mi familia, eso no lo perdonaré.

Son los pequeños grandes detalles los que hacen grande a nuestro equipo, y esta vez, lamentablemente, lo habéis empequeñecido con vuestro gesto.

Agradezco las llamadas y apoyo por lo ocurrido de no pocos empleados y algunos compañeros del consejo.

En Sevilla, a 20 de septiembre de 2021.

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