Getafe-Sevilla

Crónica | El aguacero amaina en Getafe para el Sevilla (0-1)

  • Un gol de Sergio Ramos tras un córner botado por Acuña nada más comenzar el encuentro le sirve a los sevillistas para acabar la Semana Santa con una gran alegría

  • Los locales dominaron, pero la ordenada defensa de los hombres de Quique Flores les concedió muy pocas ocasiones claras para empatar

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  • Así le hemos contado el Getafe-Sevilla

Sergio Ramos señala su nombre en la camiseta tras marcar el gol del triunfo sevillista.

Sergio Ramos señala su nombre en la camiseta tras marcar el gol del triunfo sevillista. / Europa Press

Oro molido para el Sevilla en Getafe. Un gol de Sergio Ramos en los primeros minutos del encuentro le dio a los hombres de Quique Flores tres puntos valiosísimos en esa pelea por evitar el escarnio que siempre supone descender a la segunda división del fútbol español. Los sevillistas, sin embargo, se reconciliaron con las victorias después de dos resultados decepcionantes gracias a ese tanto inicial y al orden con el que siempre se defendieron de los intentos de Greenwood y compañía.

Fue un sufrimiento constante, cierto, pero más que nada por la renuncia casi absoluta al balón y el acoso perenne de un Getafe que tampoco tuvo ocasiones clarísimas para haber marcado el empate en esa fase de mayor dominio. Un disparo lejano de Luis Milla que no llegó a sorprender a Nyland (93'), un gol anulado a Jaime Mata por claro fuera de juego (90'), tan bien sancionado como el que no subió al marcador de Sergio Ramos antes del descanso (44'), y otra opción del propio Jaime Mata (73') que también habría sido invalidada por el VAR en caso de acabar en gol. Aparte de esas tres, un cabezazo en solitario de Latasa no más entrar (80') que se le fue arriba.

Ahí está reflejada toda la producción del Getafe en esa fase en la que el Sevilla se entregó a su suerte de defenderse sin cesar, de no tener jamás la pelota y de sólo permitir una jugada que fue calcada y recurrente por parte de los locales. Luis Milla, Alderete o el que cogiera el balón en la zona más retrasada abría el balón a un Greenwood pegado a la cal de la línea de fuera de banda en el extremo derecho del ataque del Getafe. El inglés recibía con comodidad y después era hostigado por Juanlu y por Sow para que optara por el centro al área, donde siempre salía la pelota escupida una y otra vez.

El gol de Sergio Ramos seguía siendo válido después de cada acometida y así sucedió después del último saque de esquina que concedía Iglesias Villanueva avisando de que iba a ser el último. En-Nesyri lo despejó en el primer poste hacia su propia portería, de nuevo a un teórico córner, pero la promesa del juez gallego se cumplió y dio por finiquitado el sufrimiento para que todo el sevillismo respirara hondo de alivio y de felicidad. El aguacero había disminuido de forma considerable y justo a esa misma hora permitía que uno de los tres pasos de la Trinidad saliera de su iglesia por el colegio de los Salesianos.

Arranque decisivo 

La puesta en escena del Sevilla en el Coliseum no iba a poder ser mejor. Al primer saque de esquina, Acuña pone un balón con mucho veneno y Sergio Ramos, como casi siempre, entra con autoridad en el segundo palo para poner por delante a los suyos. Sólo se habían consumido cinco minutos de juego y no está nada mal comenzar ganándole a un equipo como el Getafe, que si por algo se caracteriza es por saber administrar sus ventajas a la perfección.

Quique Flores había utilizado prácticamente a los mismos once hombres que iniciaron el partido contra el Celta en la última derrota en el Ramón Sánchez-Pizjuán. La única variación en cuanto a nombres era la entrada de Badé por el sancionado Jesús Navas, pero sí iban a producirse múltiples cambios de posición. Ocampos se iba a la banda derecha para hacer de carrilero, mientras que la recuperación del central francés propiciaba el adelantamiento de Gudelj para que el centro del campo fuese otra cosa completamente diferente.

El planteamiento del entrenador era meter una pieza más en el eje, adelantar un pelín a Soumaré y que también los dos carrileros, por sus características, se sumaran a esa pelea en la medular muchas veces. No era una tontería, puesto que José Bordalás partía sin ningún delantero puro y sólo Óscar Rodríguez se movía por una posición más adelantada. La batalla estaba en el medio, estaba claro.

El Sevilla tuvo unos buenos minutos a raíz del gol, aparentaba incluso dominar la situación, pero no aprovechaba que gozaba del aire a favor para sentenciar. Al contrario, las dudas le llegarían a raíz de un mal despeje de Badé que obligó a Nyland a realizar una buena intervención ante Yellu para evitar la igualada (18').

Los sevillistas, a pesar de un cabezazo flojo de En-Nesyri en otro saque de esquina (19'), fueron diluyéndose. Más por errores propios que por virtudes del Getafe le abrieron los caminos a los locales para que éstos pudieran empatar el partido antes del descanso. Ora un mal pase atrás de Badé, ora un resbalón de Nyland, los azulones tuvieron sendas oportunidades claras a través de Maksimovic (29') y de Greenwood (31'), pero, afortunadamente el guardameta noruego estuvo acertado en sus paradas en ambas.

Opciones para sentenciar

Pasó esa fase de apuros y raro fue el partido no se fuera al descanso con un cero a dos. Primero, lo pudieron hacer Sergio Ramos e Isaac en sendos remates en otro saque de esquina (39'). El primero obligó a David Soria a una gran intervención, el disparo del lebrijano se fue al poste. Después llegaría un nuevo tiro egoísta de Isaac en una contra con En-Nesyri y Óliver Torres por los costados (41') y un gol bien anulado, aunque por el pelo de una gamba, a Sergio Ramos (44').

El Sevilla no había sido capaz de noquear cuando se le presentó la oportunidad y no le esperaba un toro agradable tras el intermedio con el aire en su contra. Eso se vio con claridad en las dificultades para alejar el balón de Nyland, algo que no consiguió el cuadro nervionense durante todo ese segundo periodo.

Ni una sola aproximación peligrosa aparece en el documento de word del cronista tras el intermedio, pero dio igual, tampoco el Getafe fue capaz de convertir ninguna de las pocas que tuvo. Quique metió más fuerza en el centro del campo con Sow y Agoumé, retrasó a Gudelj por los problemas físicos de Badé y el final fue la mayor de las alegrías para los sevillistas en esta Semana Santa. Tres puntos más para ver algo más cercana la salvación. ¿Justo, injusto? Sólo vale lo que consignó Iglesias Villanueva en el acta. No es mucho, es un consuelo menor, pero con una tormenta tan fuerte encima tampoco está mal.

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