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Un cubo de agua al fuego de la Junta de Accionistas del Sevilla

José María del Nido, en la Peña Sevillista de Bormujos.

José María del Nido, en la Peña Sevillista de Bormujos. / P.S.B.

El estado de Whatsapp que escribió José María del Nido ayer a las 16:39 se podía interpretar como la confirmación de una derrota: la que le infligió la Audiencia Provincial de Sevilla en el segundo round del combate judicial que ha vivido el accionariado del Sevilla en este mes de diciembre. Y fue la confirmación también de que el ex presidente seguirá peleando por asaltar la presidencia del club al que llevó a sus más altas cimas antes del declive previo a su obligada dimisión en 2013. Pero que tal asalto no se podrá producir en la próxima Junta de Accionistas ni mientras siga vigente su agrupación de acciones, es decir, hasta 2024, si el Juzgado de lo Mercantil, donde sigue su curso la causa principal, no sentencia a su favor.

En el auto, aún por notificar, deja claro que Del Nido no podrá votar, con las cerca de 32.000 acciones que agrupó en 2018 –por seis años– para designar consejeros a José María del Nido Carrasco, Nervión Grande S.L. (inicialmente Miguel Ángel del Nido) y Enrique de la Cerda Cisneros, para remover el actual consejo ni para nombrar a un nuevo consejo. Justo lo que han pedido los Americanos (Sevillistas Unidos 2020) para moverles el sillón a José Castro y José María del Nido Carrasco como presidente y vicepresidente primero. Es decir, el mayor paquete de acciones, sobre un 25%, se queda sin voto ahí, en ese punto clave.

En el primer round de este combate judicial ganó Del Nido, que vio liberado su voto según el auto del Juzgado de Primera Instancia número 10 para que su hijo no lo represente en las votaciones que tengan lugar en Fibes el próximo 29 de diciembre. Aquel auto era sobre el pacto de gobernabilidad, cuya vigencia continúa salvedad hecha de que Del Nido ya no ve representado ni alineado su voto por su hijo. Y ese pacto obligaba a pagar gravosas indemnizaciones en el caso de que el ex presidente votara contra los dos actuales cargos directivos principales, es decir, Castro y Del Nido Carrasco. Pero el ex presidente estaba dispuesto a arrostrar esas onerosas multas pactadas a cambio de recuperar el sillón presidencial, teniendo en cuenta que ese pacto también está en manos de los juzgados.

Sin embargo, el nuevo auto ratifica la denegación de medidas cautelares del Juzgado Mercantil número 3, que ya rechazó en julio su petición de desagrupar esas 32.000 acciones precisamente para poder remover el consejo –votar la destitución y el nombramiento de nuevos administradores del club, el presidente y el resto de consejeros–. Es decir, la Audiencia le ha quitado a Del Nido la principal arma que esperaba poder esgrimir para derrumbar a Castro y su hijo y volver a la presidencia.

El revés sufrido se puede medir por el calado de su afirmación en el estado Whatsapp: "No importa cuantas veces caigas, lo importante es que te levantes una vez más. Seguimos hasta la victoria final". El problema es que el abogado sevillano sabe que, tal y como afirma el auto de la Audiencia Provincial, no cabe más recurso y este revés es para largo plazo. En la Junta de Accionistas de 2023 seguirá vigente la agrupación de acciones, siempre que el Juzgado de lo Mercantil no falle al contrario, y también seguirá vigente la prohibición de votar sobre la destitución o el nombramiento del resto del consejo que rige según la Ley de Sociedades de Capital –por su artículo 243, relativo a la representación proporcional de las minorías–. Al menos no podrán tenerse en cuenta en esa votación esas cerca de 32.000 acciones que agrupó Del Nido en 2018.

Esto provocó en la última Junta un revuelo, cuando el ex presidente, en una salida de tono metafórica, afirmó a la prensa tras no poder votar el punto del orden del día en que los Americanos habían pedido el cambio del consejo que le habían dado un mando sin pilas. Para la próxima Junta, el mando de Del Nido, de su paquete principal de acciones, seguirá sin pilas, aunque sólo para cambiar órganos directivos. Es decir, podrá dar guerra y la dará. Pero su deseo de ser presidente otra vez debe esperar.

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