Escobedo - Sevilla | La previa

La Copa cual si fuera la Liga

Los futbolistas del Sevilla se ejercitan sobre césped artificial ante la mirada de Lopetegui.

Los futbolistas del Sevilla se ejercitan sobre césped artificial ante la mirada de Lopetegui. / José Ángel García

El contexto es el concepto. Valga el oportunista juego de palabras, en recuerdo de aquel monólogo memorable, con cerradísimo acento gallego, de la comedia Airbag, para ilustrar cómo se toma el Sevilla de Julen Lopetegui el partido de este mediodía en el escueto campo del Escobedo, que tiene más aforo que habitantes la localidad cántabra. Poco más de 1.500 espectadores se darán cita en este partido de segunda ronda de la Copa del Rey que hace las veces de jornada liguera, con las cámaras de Cuatro como testigo, eso sí, para dar fe de la fiesta de la pequeña pedanía de Camargo, a 15 kilómetros de la aristocrática Santander.

Lopetegui ha dado un par de avisos durante la semana de lo que significa el contexto y de la trascendencia que puede tener no darle la importancia real que pueden tener los condicionantes de un partido, poniendo muy por encima lo circunstancial sobre la realidad de que el Escobedo milita en Tercera División.

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ESC-SEV / Infografía

Pero es que hay veces que las circunstancias superan al hombre, o al equipo en este caso. Y si no que le pregunten al Málaga de Víctor Sánchez del Amo, envuelto en un escabroso y procaz affaire muy de estos tiempos, con un peligroso cóctel de sexo explícito, extorsión y oportunismo del jeque que sigue mandando en Martinicos para darle boleta al entrenador madrileño, justo después de la eliminación copera de manos del Escobedo. En la era digital lo privado está en peligro de extinción.

El cercano caso del Málaga fue usado por Lopetegui para ilustrar sobre las capacidades del Escobedo de Pablo Casar en su... contexto. El césped artificial, las reducidas dimensiones del campo, de apenas 63 metros de ancho tras ser retranqueadas un metro las líneas de cada banda por imperativo de seguridad, la motivación extra del rival ante un grande... Ése es el cóctel que teme el guipuzcoano. O más que teme, respeta.

Enfrente, Pablo Casar ha animado a sus huestes con una arenga en pro de la hazaña. Es lo lógico y lo que justifica este tipo de partidos en el que sólo la emoción sustenta el espectáculo. "Ojalá le pongamos al Sevilla las cosas complicadas, pero lo importante es disfrutar", dijo el técnico cántabro, que inmediatamente matizó, como en un aviso para cándidos y despistados: "La ilusión y la motivación suma mucho". Y justo por ese plus anímico del equipo local ante su gente, ante su pueblo, que estará entero presente en el Eusebio Arce, como una tribu ibérica tras su tropa guerrera, Lopetegui avisó en la previa a los suyos de que deben estar preparados para esas circunstancias.

Evidentemente ese entorno lima algo las distancias, aunque quizá parezca exagerado que Lopetegui se llevara prácticamente a todo su arsenal, a sus primeras figuras, salvo a Fernando. Carriço, Pozo y Escudero, éste lesionado, tampoco viajaron, y en la planilla de la previa se dibuja un Sevilla que tiene muchos visos de ser un once de gala, con matices.

El Sevilla acude a esta pequeña localidad cántabra con el plus de confianza que le da seguir siendo el mejor visitante de la Liga tras la primera vuelta. Aunque en Riazor sólo fue capaz de imponerse al Bergantiños, también de Tercera pero mucho peor clasificado que el Escobedo, por la mínima (0-1). Los cántabros, quintos en su grupo, están espoleados además por su proeza ante el Málaga y eso subirá su autoestima en ese intento de subirse a las barbas del Sevilla.

"A ver de qué somos capaces, estamos preparados", anunció Pablo Casar. Y Lopetegui también pidió estar preparados para jugar en césped artificial, en el que dirigió dos entrenamientos, y superar a un "buen rival". Se juega a una sola mano, no hay margen de error. Ahí estriba el peligro y por ello se haya llevado a los mejores, cual si fuera una cita dominical de Liga.

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