El Sevilla jugará en Alemania ante un equipo alemán por undécima vez en su historia, en busca de toda una hazaña, meterse en los cuartos de final de la Champions League, para lo que necesita ganar por un tanteo superior al 2-3 que cosechó en la ida ante el Borussia Dortmund.

No es mal territorio el germánico para la épica sevillista. Allí, aparte de la decena de ocasiones en que se ha medido a clubes locales, en su vasta y prolífica trayectoria europea, donde levantó la sexta Europa League el pasado mes de agosto, tras ganar a Roma, Wolvehampton, Manchester United e Inter, entre las ciudades de Duisburgo, los partidos de octavos y cuartos, y Colonia, la semifinal y final.

En esta ocasión le toca visitar de nuevo Dortmund, donde ya jugó el 30 de septiembre de 2010, cosechando una de las cinco victorias que suma el Sevilla ante equipos alemanes a domicilio. Poco más de una década después, busca repetir proeza, aunque no le valdría el 0-1 que logró entonces, gracias a un gol de Cigarini, sobre el Borussia de Jürgen Klopp, que acabaría ganando la Bundesliga aquella temporada.

Era el Borussia de Subotic, también Hummels, Sahin, Blaszczykowski, Kagawa, Lewandowski... Un equipazo que se vio sorprendido por el Sevilla de Gregorio Manzano, que debutó aquella noche otoñal en el banquillo nervionense.

Aquella fue la quinta visita del Sevilla a un equipo en Alemania, donde en total ha cosechado 9 victorias, entre sus partidos frente a clubes teutones y los cuatro de la Europa League ante italianos e ingleses por partida doble.

La primera vez que el Sevilla jugó en Alemania se llevó un severo rapapolvo. Perdió por 4-0 en el Fritz-Walter Stadion del Kaiserslautern. El equipo de Manolo Cardo, que había ganado en la ida por 1-0 en un vibrante partido definido por un gol de Francisco, cayó ante el poderío del fútbol físico y directo de aquel fortísimo Kaiserslautern de Briegel, Brehme y Allofs. Fue el 8 de diciembre de 1982, un triste día de la Inmaculada en la memoria del sevillismo.

La segunda vez fue ya mucho más halagüeña. La visita al Mainz 05 el 29 de septiembre de 2005 en la ronda eliminatoria de la UEFA 2005-06 fue como una premonición. Kanouté, que no había tenido mucha brillantez hasta entonces en su recién estrenada condición de delantero del Sevilla, solventó la eliminatoria con dos goles, tras el 0-0 de la ida en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Aquel 0-2 en el Frankfurt Stadion, ya que el estadio del Mainz no reunía las condiciones para el organismo europeo, fue como el prólogo de la bellísima historia del actual hexacampeón de la UEFA Europa League.

Esa misma temporada llegaría la histórica visita al Schalke 04 en el Arena AufSchalke de Gelsenkirchen. Ante 60.000 espectadores, entre ellos 3.500 sevillistas en una de los mayores desplazamientos de la historia del club, el equipo de Juande Ramos comenzó a cimentar su éxito en Eindhoven, que fue posible gracias al empate en la ida (0-0) y al gol de Puerta en la prórroga de la vuelta de aquella semifinal. Aquel partido en Gelsenkirchen, muh cerquita de Dortmund, fue el 20 de abril de 2006, una semana antes del histórico 27 de abril, jueves de Feria. 

La cuarta visita a Alemania llegó en ya en la Champions League, como un reflejo del crecimiento del Sevilla. El 20 de octubre de 2009, un año después de medirse al Stuttgart en la fase de grupos a una vuelta de la UEFA, en Nervión, el Sevilla de Jiménez vencía por un contundente 1-3 en el Mercedes Benz Arena de Stuttgart, con dos goles de Squillaci y uno de Jesús Navas, que superaron al veterano Lehmann. Era la segunda vez que jugaba el equipo nervionense la Champions.

La sexta ocasión -la quinta fue al Borussia Dortmund susodicha- deparó la mayor decepción en los duelos con los equipos alemanes: la derrota por 2-1 ante el Hannover 96. En un atestado AWD Arena, un estadio bajo cuyas gradas se conservan proyectiles de la Segunda Guerra Mundial, el Sevilla de Marcelino cayó sorprendido por los goles de Schlaudraff el 18 de agosto de 2010. En la vuelta, el 1-1 fue insuficiente en aquel play off de la UEFA en el que el sorteo deparó que al Sevilla, primero del bombo 1, le cayera el equipo con más coeficiente de todos los posibles. Aquello minó la trayectoria de Marcelino en Nervión.

Friburgo fue la ciudad que acogió la séptima visita del Sevilla. En el Schwarzwald-Stadion del Friburgo ganó 0-2 el Sevilla de Unai Emery en la fase de grupos de la UEFA Europa League que terminaría ganando al Benfica en Turín. Es otro de los resultados que le valdría este martes en Dortmund. Aquel día mararon Iborra y Rusescu, ya en el minuto 94 de aquel partido jugado el 12 de diciembre de 2013.

La octava visita fue al Borussia Park. El 26 de febrero de 2015 el Sevilla de Emery ganó por 2-3 al Borussia Mönchengladbach y concretó su pase a los octavos de final de la Europa League, que también terminaría ganando en Varsovia sobre el Dnipro. Fue un partido intensísimo, con emoción, muy vibrnte y con goles de Xhaka, Thorgan Hazard (ahora en el Dortmund), Bacca, Vitolo e Iborra.

De nuevo repetiría en el Borussia Park el Sevilla en la fase de grupos de la Champions League 15-16. Fue la novena visita y el resultado ante el Borussia Mönchengladbach fue un 4-2 muy decepcionante, con maquillaje final del resultado gracias a los goles de Vitolo y Banega de penalti. Aun así, aquel resultado quedó en el olvido, puesto que el Sevilla de Emery terminaría clasificándose tercero en aquel durísimo grupo con el Manchester City y la Juventus, al vencer a ésta por 1-0 en el último partido de grupo, lo que le permitió jugar la Europa League y ganársela al Liverpool en Basilea. 

Y la décima visita fue la segunda gran decepción del Sevilla en Alemania, tras la de Hannover, si es que se puede tachar de decepción caer en los cuartos de final de la Champions ante el Bayern Múnich, al que bastó el 0-0 para meterse en las semifinales. Le valió el 1-2 de la ida y supo defenderlo aquel 11 de abril de 2018 en el Allianz Arena. Fue uno de los últimos grandes partidos del Sevilla de Montella, que luego caería de forma abrupta en la final de la Copa del Rey.

Esta última decepción fue el inmediato precedente del Sevilla a su regreso a Alemania, que, como ha quedado dicho, sucedió en el glorioso agosto del año pasado. Repetir aquellas proezas es lo que busca de nuevo el Sevilla en su segunda visita al mítico Westfalenstadion, cuyo silencio será una de las armas a favor de la aventura nervionense.