Con el mercado absolutamente parado, con los clubes esperando vender a excedentes de plantilla para poder acceder a las piezas deseables del mercado y con el Barcelona y su plan de palancas económicas dispuesto a revolucionar el mercado pero con el retardo de esa compleja ecuación financiera, el PSV sigue insistiendo en que su gran deseo es repatriar a Luuk de Jong.

El problema del PSV es el de otros clubes: la liquidez para acometer el fichaje del delantero internacional del Sevilla. En Eindhoven siguen presionando al futbolista con declaraciones de amor, para que sea el propio De Jong el que ponga de su parte y lime las distancias.

Ruud van Nistelrooy se ha subido a esa rueda del vigente campeón de la Eredivisie, cuyo director deportivo ya dijo que la vuelta de De Jong estaría en su mano más que en ninguna otra voluntad. "Estamos haciéndolo todo para el regreso de Luuk de Jong. Es un delantero excepcional para nosotros. Su vuelta al PSV no es realista en este momento, pero sí es posible. Tengo mucha fe, pero eso no significa que suceda. Haremos todo lo posible y más para convertir en realidad esta oportunidad", dijo el nuevo entrenador del equipo de Eindhoven a ESPN.

Parece que la estrategia es clara y sigue la línea que ya esbozó "Estamos en constante contacto con Luuk y de él dependerá principalmente que vuelva a Eindhoven. Que quede claro que la puerta siempre está abierta para él y que creemos en sus capacidades", recalcó John de Jong, el director deportivo a finales de mayo.

Pero todo sigue igual. De Jong está esperando una buena oportunidad en Europa para continuar su carrera a sus 31 años, un último gran contrato, dado que cumple el suyo con el Sevilla en 2023. Y el PSV no quiere pagar lo que el Sevilla exige para traspasar al futbolista, unos 6 millones de euros según desevló la prensa neerlandesa cuando advirtió de que el club de Eindhoven no llegaría a la mitad de lo que costó el futbolista en 2019, cuando arribó a Nervión, 12,5 millones de euros.