Fenerbahçe-Sevilla | Informe técnico

Sobrevivir en el infierno sin molestar al demonio

Los futbolistas del Sevilla festejan el pase a cuartos de final en el Sükrü Saracoglu.

Los futbolistas del Sevilla festejan el pase a cuartos de final en el Sükrü Saracoglu. / Sedat Suna / efe

Salió fortalecido por la derrota triunfal el Sevilla del infierno del Sükrü Saracoglu. En las actuales circunstancias, de nuevo con un solo central específico en la convocatoria y el once, el equipo de Sampaoli realizó un partido inteligente y bravo, en el que no se dejó amedrentar por un ambiente que supo amansar pese a la agresividad de un público que jugó en contra del Fenerbahçe: el mecherazo, o monedazo, que sufrió Dmitrovic en medio de una lluvia de objetos cuando peor lo pasaba le vino de perlas.

El mecherazo

Ese parón entre los minutos 56 y 60 fue un jarro de agua fría al arranque brioso del Fenerbahçe en la segunda mitad, después de una primera en la que el Sevilla estuvo bien posicionado, e incluso tuvo salida por el costado de Acuña y Rakitic. Todo pudo torcerse en el minuto 37, con el penalti revisado en el VAR que marcó Valencia (41') después de la llegada más intencionada y profunda del Sevilla en la primera mitad (35'). Un accidente en el que medió el infortunio, pues Alex Telles trató de tapar por delante el centro de Kadioglu, que ya había avisado con varios intentos por la derecha, y el centro fue por la espalda y le dio en el brazo, despegado naturalmente en el giro del futbolista.

El penalti de Alex Telles

El 1-0 castigó una buena primera mitad de un Sevilla vivo, intenso y bien plantado en el campo que supo adaptarse a las necesidades del partido y a la disposición del rival. Podría haber acusado el golpe y lo acusó en el inicio de la segunda parte, cuando se acumularon las llegadas peligrosas de los turcos: un disparo de Arda Güler (49'), una ocasión de King en el área (50'), otro tiro de Valencia (54'). El mecherazo, monedazo o lo que fuera a Dmitrovic enfrió el ritmo. A Sampaoli le dio tiempo a repensar las soluciones y el ingreso de Lamela ya dio más desahogo para sacudirse con el balón la presión.

La defensa

Con un 5-2-3, con Fernando y Óliver Torres en el eje, y Rafa Mir, En-Nesyri y Rakitic como primera línea de contención y atentos para salir, el Sevilla atemperó el inicio del Fenerbahçe. Los tres centrales estuvieron bien coordinados y procuraron salida por abajo para no perder la referencia del balón en exceso. Y cuando no podían, despejes orientados en busca de los tres de arriba. A Fernando, en cambio, se le hizo demasiado vasta su zona, pues Óliver y Rakitic saltaban más a la presión. Ahí perdió varios duelos pero la zaga estuvo siempre atenta y también repelió los balones colgados.

El ataque

Pese a su buena disposición en la primera parte, con precisión y buen trato del balón en las combinaciones rápidas, apenas inquietó el Sevilla al Fenerbahçe: se quedó en los tres cuartos casi siempre. Aun así, Acuña rompió líneas apoyándose en Rakitic. En la derecha, en cambio, Rafa Mir se enredó solo y no encontró ayuda de Montiel. Apenas pusieron de remate a En-Nesyri. Con Lamela y Ocampos hubo más conducciones sin concluir, aunque sí llegaron faltas que pararon el partido. En una de ellas, el Sevilla tuvo su mejor ocasión, con paradón de Altay Bayindir en su única intervención digna de llamarse tal al atinado disparo de Lamela, ya en el 96'. Antes, la mejor llegada ya fue con Jesús Navas, que aportó nada más salir la profundidad que había faltado antes en la derecha, en el posible penalti a Suso (85').

Virtudes

Buen planteamiento defensivo y entereza para no dejarse vencer por los escasos accidentes

Talón de Aquiles

Apenas amenazó al rival y eso mantuvo el partido abierto hasta el minuto 99.

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