Francisco, el Dorsal de Leyenda más talentoso

Dentro de la agenda festiva del club sevillista, este primer día de junio aparece remarcado y con destacados caracteres tipográficos. Cuando en plena expansión de la entidad se creó premiar con el dorsal de leyenda a los futbolistas que fueron marcando la historia del Sevilla todos pudimos comprobar el acierto de dicha medida. Era una forma de recordar con brillo el pasado para cimentar el presente con vistas a un futuro mejor.

Este mediodía en las entrañas del estadio, Francisco López Alfaro, recibirá el dorsal de leyenda número 13. Aunque fue designado en duodécimo lugar, la urgencia por homenajear a Juan Carlos Unzué ha hecho que corriese el escalafón. Y en este estado de cosas hay que reconocer los méritos de un futbolista que vivió en el Sevilla un tiempo bien plagado de luces y también de sombras. Y, por supuesto, el canterano con más talento que salió de la ciudad deportiva.

Inolvidable es su debut al alimón con Manolo Cardo en el póquer de goles de Pintinho en La Romareda. Fue el brazo alargado del coriano en el campo y ahí en esas cinco temporadas vivió Francisco su época de oro con sus internacionalidades en la Eurocopa del 84 y en el Mundial del 86. Fue el hombre que recompuso un centrocampismo roto por la lesión de Montero, pero todo fin tiene su principio y eso llegó cuando arribó a Nervión el escocés Jock Wallace.

“Es nuestro Platini”, decía mientras Bob Chipress lo masacraba en interminables sesiones de carrera continua. Quería Wallace que Fran jugase por delante del balón y la cosa ya no era igual. Luego vino una reivindicación como capitán cuando Azkargorta que no asimiló Luis Cuervas para que con la llegada de Cantatore se acabase su buena estrella en el Sevilla. Pero que ha sido uno de los talentos más brillantes en la historia del club nadie podrá negarlo.