Antes del partido ante el Osasuna, a pie de césped y ante las cámaras de Movistar LaLiga, Monchi habló de que estaba centrado en encontrar un "cuarto central" para el Sevilla. Su afirmación sorprendió, dado que en la actual plantilla que tiene a sus órdenes Julen Lopetegui sólo hay dos centrales específicos, Rekik y Marcao. El brasileño llegó para relevar a su compatriota Diego Carlos, desgraciadamente lesionado en su segundo partido en la Premier League con el Aston Villa. Mientras que Nianzou está recién aterrizado para relevar a Koundé. ¿Quiere esto decir que el flamante fichaje sevillista, aún por oficializarse, es el cuarto central? No, claro que no.

Por razones estratégicas de mercado, y por la obligación de las circunstancias del mismo, el director general deportivo del Sevilla habló del cuarto central, cuando este rol debe recaer en Gudelj, que en puridad, como demuestra en sus comparecencias internacionales con Serbia, es medio centro. Pero en Pamplona debió jugar en esa posición, que fue recurrente en él la temporada pasada. Al haber sólo tres centrales en la anterior plantilla, Koundé, Diego Carlos y Rekik, Gudelj se erigió la pasada campaña como cuarto central, y de hecho jugó 15 de sus 28 partidos en total en esa posición, por 13, 12 de Liga y uno de copa, como medio centro. Los tres de Europa League que jugó, por ejemplo, lo hizo de central, mientras que a la Champions ni fue inscrito por falta de fichas.

Desde la llegada de Delaney la temporada pasada, Gudelj pasó a tener un claro rol de comodín gracias a su polivalencia. Y ése será el que siga teniendo, con el calificativo de cuarto central... si no halla una salida. Monchi, tras el fichaje de Nianzou, se centrará ahora en las salidas para terminar de perfilar la plantilla, tal y como advirtió el viernes pasado: "Nos falta un central, el cuarto central, y a partir de ahí ya veremos qué movimientos y si se cierra alguna cosa más".

Con esa frase quería dejar caer que debe haber salidas para que haya entradas, más allá de que con Nianzou haya aún un dorsal libre. Es prioritario un atacante de banda, con potencia y gol. Pero si es Gudelj, en lugar de Munir, el que hallase una salida –algo difícil–, posiblemente sería un central el que cubriera su baja. O un medio defensivo que pueda actuar de central... De este modo, el serbio es también un comodín de la planificación, como lo es en el campo.