De los cuatro partidos en que Joaquín Caparrós ocupó el banquillo del Sevilla la temporada pasada, en uno de ellos, ante el Alavés, hizo debutar a un juvenil formado en la casa que atendía por José Alonso Lara. Era una apuesta de futuro, mascarón de proa de la cantera nervionense por su condición de internacional sub 18 y por su extraordinaria proyección.

Hoy, sólo seis meses después, Lara, que acaba contrato el 30 de junio, es agente libre, ya que desde el 1 de enero puede firmar por cualquier club. Superando una lesión de rodilla de la que le queda aproximadamente un mes para empezar a hacer trabajo de campo, no se ha producido ningún avance en la negociación entre el club y su agente para renovar su contrato, por lo que ya está escuchando otras ofertas.

Lara, que empezó la temporada con una dolencia urológica, sufrió una rotura del ligamento cruzado posterior tras la que finalmente se descartó la operación. El jugador está siguiendo la supervisión del doctor Cugat en Barcelona y en tres o cuatro semanas podría empezar a entrenarse.

Su futuro está en el aire, pero ahora mismo está lejos del Sevilla. El Barcelona lo sigue muy de cerca, pues es de la misma selección que Miranda, Abel Ruiz o Riqui Puig, a quienes los azulgrana han atado con cláusulas de hasta 100 y 200 millones de euros en una apuesta por rejuvenecer a corto plazo el primer equipo. Otros clubes de Europa también lo tienen en su agenda.