Sevilla FC: fichajes

Movimientos en el centro del campo

  • El vivo interés en Bakayoko, por el que el Sevilla ha pedido la cesión al Chelsea, evidencia la intención compartida de que N’Zonzi ponga fin a su ciclo en Nervión

  • Franco Vázquez, otro que puede dejar hueco por dentro si se concreta la oferta del West Ham

Bakayoko pugna con Fellaini en un Chelsea-United.

Bakayoko pugna con Fellaini en un Chelsea-United. / Facundo Arrizabalaga / EFE

Bakayoko irrumpe con fuerza en el mercado de fichajes del Sevilla, que está abocado a realizar cambios en su concepción del fútbol y eso también pasa por variar los perfiles de los jugadores de una línea clave como es el centro del campo. Dos de los tres movimientos que ha realizado la dirección de fútbol hasta ahora han correspondido a la medular: la continuidad de Roque Mesa tras su periodo de cesión, previo pago de un traspaso inferior a lo que fijaba su opción de compra, y la adquisición de Ibrahim Amadou, tras pagar un elevado traspaso al Lille. Entre los dos, el Sevilla ya ha invertido cerca de 20 millones de euros. Pero las señales siguen indicando que va a haber más movimientos en esa línea. Habrá más y Teimoue Bakayoko ha surgido como objeto de deseo sevillista.

Desde Francia han desvelado la solicitud del Sevilla al Chelsea de la cesión de Bakayoko, un deseo de alto coste, ya que según Euro United 6 en Londres cobra 6,8 millones de euros y en Nervión se harían cargo del 90% de su ficha. Esta gestión puede ir de la mano de algo que está en la mente de todos los sevillistas, la más que posible salida de N’Zonzi, que ha vuelto a expresar su necesidad de volver a Inglaterra. Después de que el verano pasado el mediocampista francés no viera satisfecha su voluntad de fichar por la Juventus, a la que ahuyentó el club de Nervión cuando los intermediarios trasladaron el mensaje de que sólo saldría por su cláusula de rescisión, en invierno hubo mucho ruido también en torno al talentoso mediocampista de origen congoleño. Pero siguió en Nervión.

Ahora, el panorama ha cambiado. Su cotización ha subido gracias a su participación, muy secundariamente, eso sí, en el Mundial y las partes entienden que ahora sí ha terminado un ciclo. A sus 29 años y con dos temporadas firmadas aún, el Sevilla cree que debe ser el momento de darle salida en forma de suculento traspaso, máxime cuando el jugador en ningún caso va a renovar su contrato después de que se padre haya vuelto a comunicar que necesita un cambio de aires.

Quizá los asuntos familiares tengan algo que ver también para ese consenso, que llega justo cuando N’Zonzi puede encumbrarse como campeón del mundo. En este contexto, no extraña que el Sevilla vaya a hacer un esfuerzo por otro centrocampista que cubra el hueco que puede dejar. N’Zonzi, que llegó al Sevilla como volante, como 8, hace tres veranos, en 2016, se ha configurado como un 6 que cubre esa parcela que ahora el Sevilla desearía llenar con Bakayoko, un medio de corte físico con capacidad técnica también para distribuir desde ahí el balón y una fisonomía envidiable gracias a su esbelta figura de 1,89 metros.

No será sencillo que el Sevilla saque a Bakayoko del Chelsea, que pagó el verano pasado por él 40 millones de euros al Mónaco. Sin embargo, concurren un par de circunstancias que juegan a favor del Sevilla. A su edad, 23 años, necesita seguir jugando para acrecentar su madurez futbolística y en Stamford Bridge tiene por delante a Kante, si su gran papel en el Mundial no abre el apetito de ningún grande. Además, acaba de aterrizar en Londres Walter Sarri en sustitución de Antonio Conte y lo ha hecho de la mano de otro futbolista de ese corte, Jorginho, con lo cual Bakayoko ve cómo de pronto la competencia se multiplica por dos en su puesto. El curso pasado jugó 29 partidos en la Premier League (dos goles y dos asistencias), cinco de la Liga de Campeones (un gol) y cinco de la FA Cup.

Además, también por dentro se cuecen permutas en la plantilla del Sevilla, sobre todo si se hace real la oferta del West Ham por Franco Vázquez. En principio, en Nervión han solicitado 30 millones de euros por el mediapunta, un futbolista que si bien era muy del gusto de Joaquín Caparrós, puede quedarse sin sitio en el esquema de Pablo Machín: no es jugador de banda específico ni tampoco segundo delantero.

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