Arrancó la preparación del Sevilla de la temporada 2021-22, el tercer año de Julen Lopetegui, con las distintas pruebas médicas pertinentes, incluidos los distintos test para la prevención del Covid-19. Lo hizo, como era de esperar, con pocos efectivos, los nueve canteranos que realizarán la primera parte de la pretemporada y muchas dudas sobre el destino final de algunos de los jugadores que comenzaron a sudar en la tarde de ayer.

Lopetegui tiene que lidiar con la realidad de un mercado absolutamente varado en el que apenas realizan grandes movimientos el PSG, sin elevados traspasos por ahora, y el Manchester United, que sí ha invertido 80 millones de euros en Jadon Sancho para ficharlo del Borussia Dortmund. En el Sevilla, mientras continúa la calma y el entrenador guipuzcoano se encontró con que apenas tiene una quincena de futbolistas de la primera plantilla, aunque no cuenta con todos ellos.

Ahí ya surge una primera incógnita, porque Idrissi, por ejemplo, tras su poco fructífera cesión al Ajax, ha vuelto con muchas ganas para ganarse la confianza de Lopetegui y poder, de ese modo, hacerse un hueco en una plantilla que, por ahora, tiene competencia en su puesto de futbolista exterior. El neerlandés de origen marroquí anticipó su llegada a Sevilla tras sus vacaciones y ya lleva casi una semana en la ciudad deportiva, ejercitándose con un entrenador personal a su costa para adelantar los plazos.

Rony Lopes es otro de los futbolistas que ya se reintegraron en la disciplina del Sevilla tras su paso por el Niza. Rindió en la Ligue 1, pero el club de la Riviera no se pensó ni por un momento ejercer la opción de compra que quedó fijada en el acuerdo de préstamo hace menos de un año. La cantidad era prohibitiva en las actuales circunstancias dado que se acercaba a los 20 millones, casi el fuerte desembolso que realizó el club de Nervión por él en el verano de 2019, antes de que estallase la crisis derivada del Covid-19.

Rony Lopes tendrá incluso más complicado convencer como pretende hacer Idrissi a Lopetegui. Si el segundo estuvo condicionado por una lesión de tobillo recién llegado al Sevilla, el primero demostró cierta languidez en su actitud en su primera temporada y fue desperdiciando oportunidades. Y Lopetegui no espera a nadie, dado que su idea, más que reciclar a futbolistas que buscan destino, es dar una vuelta de tuerca competitiva al Sevilla en su tercer curso, en el que subirá la exigencia.

Idrissi incluso publicó el martres, antes de incorporarse con el resto del grupo el miércoles, una imagen en las redes sociales con un claro mensaje: "Ya de vuelta, ea. Preparándome para la próxima temporada". No era el primer día que se ejercitaba en solitario. Idrissi está poniendo de su parte pero no lo tendrá sencillo.

Quien lo tendrá imposible es Amadou, que tiene permiso del club para buscarse un destino, que facilitará el Sevilla dado que cumple contrato en 2022. Es el único de los futbolistas que podían regresar tras las vacaciones que no está a las órdenes de Lopetegui.

En cuanto a Rony Lopes, recibió una tentativa del Benfica, también de algún club turco, siempre a la baja y en forma de cesiones con opción de compra si acaso. Ayer se produjo la detención del presidente del Benfica y su hijo, además de dos agentes de representación, por presuntos delitos fiscales y blanqueamientos de capital que podrían llegar a 100 millones de euros. Es decir, la opción del Benfica como salida podría desvanecerse ante esta escabrosa situación. Por ello, Rony Lopes debería tomar el ejemplo de Idrissi y meter el hombro de veras. Y luego, que el mercado dicte sus leyes...