El Sevilla Atlético vio cortada su buena racha de la forma más cruel y absurda. Después de haber sumado 8 puntos de los últimos 15, espoleado por la goleada sobre el Utrera en la jornada anterior (0-4), recibía a un rival directo en la zona baja de la clasificación del grupo IV de Segunda RFEF, el Xerez DFC. Pero no aprovechó la ocasión que se le brindó desde que Hormigo, de cabeza a centro de Carlos Álvarez en una falta, abriera el marcador en el minuto 17.

Los xerecistas, que antecedían en la tabla en un punto a los sevillistas, ahora se ha ido hasta los 15, cuatro más, después de dar la vuelta al partido en la segunda parte. Y de una manera dolorosa, porque el penalti que cometió Lula en el minuto 90 fue de lo más absurdo, con el atacante de espaldas a la portería y cuando, casi en la frontal del área, el medio sevillista intentó anticiparse y cortar el pase paralelo.

El filial había sido mejor en la primera mitad. Antes del gol de Hormigo a centro de Carlos Álvarez, el menudo mediapunta se topó con el meta Quesada en una buena volea a pase de Nacho Quintana, pero tras el descanso reaccionó el Xerez.

El colegiado del encuentro contribuyó a la crispación en ese tramo final tan abierto e incierto del partido entre dos equipos que son rivales directos por evitar el descenso, con algunas decisiones dudosas si no claramente erróneas. Por ejemplo cuando concedió saque del portero tras el saque de una falta por el sevillista Adri Peral que dio en la barrera y salió de banda, pero el colegiado se despistó tras la atención médica que requirió un futbolista del Xerez que había recibido un balonazo en la barrera. 

La expulsión de Capi, mientras calentaba en la banda, por protestar esa jugada terminó de enrarecer el final. Con el partido convertido en una ida y vuelta sin mucho sentido, con continuas faltas, interrupciones, protestas y alguna tarjeta, el Sevilla Atlético desperdició un buen centro por la derecha en el minuto 86, con doble remate de cabeza inocuo, y casi acto seguido llegó la jugada que le quitó, al menos, un punto.

La frustración de los jóvenes del filial estaba más que justificada, después de haber peleado todo el partido y haber estado cerca de una hora por delante en el marcador.

El empate en el minuto 62 de González Baeza ya fue un jarro de agua fría que trató de sacudirse el joven equipo sevillista. Pero le faltó calma, primero para jugar con el 1-0 con otra pausa, sin precipitación. Y luego para no volverse loco con el 1-1.

Aun así, tuvo empuje y algunas llegadas para haber decantado el encuentro de su lado, pero en ese final crispado y tenso pudo más el oficio del Xerez DFC, que se llevó tres puntos clave en su pujanza por salir del pozo de la clasificación.