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En-Nesyri, 8 goles contra un sino que parecía torcerse

En-Nesyri guiña el ojo a la cámara tras marcar el 0-2 en Rennes, escoltado por Koundé.

En-Nesyri guiña el ojo a la cámara tras marcar el 0-2 en Rennes, escoltado por Koundé. / Yoan Valat / EFE

La Champions ha virado el destino de Youssef En-Nesyri. Con sus dos dobletes a Krasnodar, en la remontada épica del Sevilla en Nervión, y Rennes, en el triunfo con el que el equipo de Julen Lopetegui cerró su fase de grupos, el delantero internacional marroquí atisba el panorama con otro aire. Confirmado como máximo goleador de un Sevilla que reparte mucho esa tarea, En-Nesyri reabre el debate sobre la delantera. Aunque en esta ocasión es una reapertura en positivo.

Lopetegui puede elegir con más tranquilidad a su delantero centro, a sabiendas que el presunto suplente, En-Nesyri, se ha sacudido la incómoda pelusilla que lo acompañaba desde la Supercopa de Europa. En teoría, De Jong continúa teniendo cierto halo de delantero titular del Sevilla, sobre todo por el estilo de juego al que tan fiel es Lopetegui.

El holandés es un punta más referencial, está mejor adaptado a ese perfil de único delantero que debe barrer todo el frente de ataque y ser una referencia para las alas y la línea de centrocampistas. Tácticamente, su rol está mucho más definido en el Sevilla mandón del guipuzcoano. Y por ahí ha podido tener un duro caballo de batalla con el que pelear En-Nesyri, quien en cambio saca ya una considerable ventaja estadística a su competidor por ese puesto de nueve.

El internacional marroquí fue clave en los dos últimos triunfos del Sevilla en la Champions. En Rennes les dio continuidad a las buenas sensaciones que ya dejó ante el Krasnodar. Y lo hizo siendo fiel a una de las razones por las que Monchi confió en él hasta el punto de que el Sevilla pagara en enero de este año que concluye su cláusula de rescisión al Leganés: su forma de atacar a los espacios. Así marcó el 0-2 en Roazhon Park anticipándose a su par, abalanzándose hacia el centro perfecto en diagonal de Óliver Torres. Y así anotó el 0-3 ante el Rennes, tirando en vertical un desmarque que rompió la línea gala y que Óscar intuyó a la primera con un pase al espacio.

A En-Nesyri le ha costado casi un año ganar la confianza que ahora lo impele a buscar con esa determinación el remate, el desmarque, el espacio. Aquellos dos goles en la remontada al Krasnodar, tras salir como suplente a la hora de juego y darle la vuelta al marcador con dos disparos plenos de fe, en el primer de los cuales se benefició de la presión de De Jong, le dieron un impulso al que dio continuidad en Rennes. Y actualmente presenta una tarjeta más que meritoria con 8 tantos en total: cuatro en la Liga y otros cuatro en la Champions. Y eso sin tener la vitola de titular.

Ese periodo de adaptación también tiene que ver con las características del joven delantero marroquí, acostumbrado como estaba a jugar siempre con otro punta en el Leganés, en un tipo de juego ofensivo menos posicional, más de campo abierto y a la contra, contexto en el que sí aprovecha mejor su zancada.

Quizá por ello en el Sevilla, que suele jugar con muchísimos hombres en campo contrario, sigue presentando problemas para ser el delantero de referencia. Su a veces desmañada técnica con el balón entre sus largas piernas, los controles, su dificultad para jugar en combinaciones al pie o para jugar de espaldas a la portería, lo colocaron en una difícil situación ante la que era fácil la siempre oportunista alusión al coste de su traspaso, esos 20 millones de euros que el Sevilla tuvo que pagar para sacarlo de Butarque. Pero su problema siempre ha parecido más de cualidades táctico-técnicas, respecto al ideario futbolístico de Lopetegui, que de cuestiones económicas y de mercado, que no dependen tanto de él como de las circunstancias de su fichaje.

En-Nesyri, en poco más tres meses, ya ha marcado más goles que entre enero y agosto. La temporada pasada terminó con seis, lejos de los 17 de Ocampos, por detrás de los 10 de Munir o De Jong. Esta campaña ya manda en la tabla de goleadores y además siendo el undécimo jugador, en total, en número de minutos, 1.111 en los 17 partidos que ha disputado. Su ratio es de un gol cada 95 minutos; en Liga, de uno cada 115 y en Champions, cada 59 minutos.

De Jong sólo lleva tres. Y su ratio de minutos por gol anotado no soporta ninguna comparación: en total, marca un gol cada 295 minutos; en Liga, cada 254 y en Champions, cada 320. El contraste entre uno y otro, y, por tanto, la decisión de Lopetegui, responde más al rol distinto que cada uno cumple en el campo. Pero queda claro que para atacar a los espacios, En-Nesyri sí vale. Por ahí ha girado su sino, adaptándose mejor al definido estilo de Lopetegui.

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