El partido del Sevilla | Análisis

Ni al espacio largo ni al corto

  • El Sevilla se estrella contra su antigua realidad, un rival replegado

Informe Táctico

Informe Táctico / Departamento Infografía

El Sevilla, después de vivir en una nube con otro tipo de rivales, se encontró con su realidad, con el muro con el que se está encontrando en esta Liga, los rivales replegados con los que no logra hallar ese juego dinámico en ataque que lo haga triunfador en el Sánchez-Pizjuán.

Lopetegui premió al once que acabó el partido en Villarreal, pues no en vano funcionó como un reloj en esos minutos en el estadio de la Cerámica, pero no encontró los espacios para superar una defensa muy poblada. Ni halló los espacios largos en la primera mitad con los cambios de orientación ni tampoco lo hizo tras el descanso cuando buscó las combinaciones en espacios más cortos con Suso. El Sevilla volvió a evidenciar que le falta una vuelta de tuerca en ataque, una sensación que parecía olvidada pero que era común en Nervión en duelos, con público exigente, ante Espanyol y Osasuna.

Defensa

Estaba cantado que era uno de esos días en los que había que vigilar más las transiciones que el ataque posicional del rival y en eso, por ejemplo, el Valladolid le pudo dar un disgusto en un par de ocasiones que salvó Vaclík al final. También es verdad que llegaron cuando el Sevilla estaba volcado en el área rival en busca del gol del triunfo.

En otros aspectos el sistema defensivo funcionó bien. De Jong no tuvo en este caso que hacer su desgaste habitual y en el bloque alto apenas hubo que emplearse.

Ataque

El Valladolid se replegó con orden y se parapetó para defender en superioridad numérica, con una línea de cinco o incluso de seis atrás pese a su fisonomía inicial de dos líneas de cuatro y dos puntas. Eso lo preveía Lopetegui y buscó hacer bascular al rival horizontalmente con cambios de orientación en pos de los espacios siempre desde el costado izquierdo y con balones frontales de Diego Carlos a Munir o diagonales de Escudero y Banega a la pareja Ocampos-Navas.

Dio sus frutos por momentos, coincidiendo con un par de remates de peligro del argentino, pero, por ejemplo, De Jong permanecía ahogado tan incrustado en el área para hacer su juego.

Fue una de las razones por las que Lopetegui buscó otros registros tras el descanso. Con Suso perseguía más espacios cortos y Munir jugó en un inicio en punta. Ocampos también perdía fuelle en la izquierda e incluso con el paso de los minutos volvía a la derecha, mientras que En-Nesyri nunca entendió el partido. Banega llegó a desesperarse con él al no ver los espacios correctos en los desmarques o por sus deficiencias para controlar.

Al final, los recursos iban por centros de Jesús Navas o de quien estuviera en la derecha. Y así llegaron los goles, el anulado y el penalti de Javi Sánchez.

Virtudes

No desistir, tener calma y mejorar en la segunda parte. Eso al menos le dio un punto.

Talón de Aquiles

Pocos recursos en ataque ante un rival replegado

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