Sevilla - Granada | Informe técnico

Piezas no aptas para la ida y vuelta

Koundé, en pugna con Machís por un balón.

Koundé, en pugna con Machís por un balón. / Infografía / Foto: Antonio Pizarro

El Sevilla dio un buen susto a sus seguidores en una segunda parte en la que la medular se expuso y la defensa dejó metros entre las dos líneas. El Granada empató así con el tiempo cumplido, después de un contragolpe iniciado por una mala presión adelantada. Pero ese mismo centro del campo que midió mal en busca del gol de la tranquilidad, lo logró gracias a la clarividencia del Papu Gómez y la determinación de Rafa Mir. Entrambos arreglaron el entuerto, porque el empate habría sido un castigo de imprevisibles consecuencias ante la presión clasificatoria y después de más de un mes sin ganar, desde que se lesionó el Papu.

Julen Lopetegui optó por volver al 4-2-3-1, como el día de la Real Sociedad. Esta vez con Rakitic y Joan Jordán como únicos centrocampistas específicos, con tres mediapuntas de marcado carácter ofensivo y En-Nesyri como 9. Pero la apuesta fue fallida. El Sevilla apenas generó con ese once. Como si faltara acomplamiento en las piezas sobre un dibujo distinto.

Movimientos tácticos del Sevilla. Movimientos tácticos del Sevilla.

Movimientos tácticos del Sevilla. / Infografía / E. F.

Lo peor fue que ni encontraba fruto a sus continuos ataques –ora un mal control de En-Nesyri, ora un tiro blando de Augustinsson, ora una pared no devuelta a Martial, ora un eslalon imposible de Ocampos...– y tampoco guarecía bien sus espaldas. Se vio en el 0-1, originado en un saque de banda. Y se repitió en el 2-2, que heló la sangre en el Ramón Sánchez-Pizjuán.

Pero la aparición del Papu y de Rafa Mir, que salió con efervescencia al partido, como con rabia por marcar, decantó la balanza, después del ejercicio de funambulismo de un Sevilla que pasó de la solidez a pasearse temerario por el filo del abismo.

Defensa

Con tanto futbolista ofensivo, la línea de tres mediapuntas debió impedir que Luis Milla lanzara con comodidad los contraataques nazaríes. Luis Suárez dio algunos problemas con su movilidad, aunque Diego Carlos tuvo firmeza, a veces rozando el límite, para marcar su territorio. Ylos laterales echaron en falta algunas ayudas, sobre todo en transiciones ataque-defensa. Ahí se desguareció el entramado, con las líneas separadas ya avanzada la segunda mitad, lo que invitó al Granada a morder en la medular para procurar robos y lanzamientos al espacio. Con Gudelj por el tocado Diego Carlos, la distensión de líneas se acentuó.

Ataque

El Sevilla estaba echando en falta la clarividencia del Papu Gómez. La fase ofensiva, cuando depende del colectivo, carece de acoplamiento en los movimientos. Muchas combinaciones murieron por mal posicionamiento o por erróneas lecturas del receptor. Se pisaron los mismos terrenos y el recurso ganador volvió a ser el centro de Jesús Navas... Hasta que salieron Rafa Mir y Papu Gómez. El primero salió con la portería entre ceja y ceja. Se ofreció, de espaldas, en desmarques, con conducciones... Ymarcó dos goles. Yel segundo fue decisivo para el desenlace, con su visión de juego, que antes había faltado, salvo en la apuesta de Joan Jordán de lanzar al espacio, como en el 2-1.

Virtudes

Efectivamente, este grupo nunca baja los brazos. Y tiene recursos.

Talón de Aquiles

El mal escalonamiento de la medular y los mediapuntas casi cuesta caro.

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