Sevilla FC

Koundé, el líder que da confianza

Koundé trata de frenar a Grenier ante Joan Jordán y Óliver Torres.

Koundé trata de frenar a Grenier ante Joan Jordán y Óliver Torres. / Antonio Pizarro

El mal pie con el que entró en el equipo la temporada pasada, en aquel Eibar-Sevilla que iba ganando el equipo de Julen Lopetegui al descanso, fue un espejismo negativo de una realidad que luego se manifestó exuberante, enérgica. Monchi acertó de pleno en su gran apuesta. Jules Koundé derrocha personalidad dentro y fuera del campo y la inquietud que tiene el sevillismo es cuánto tiempo va a disfrutar de ese liderazgo que, desde su puesto de central, cada vez se hace más obvio.

Su regreso al equipo fue otra expresión de sus cualidades. Con Koundé en el campo el Sevilla de Lopetegui gana en seguridad defensiva, en cohesión, en confianza, en salida de balón... Sus compañeros se sueltan como caballos de pura sangre que salen de los boxes de salida a sabiendas de que atrás les guarda las espaldas el mejor escudero posible, un joven de 21 años con un descaro impresionante.

Su vuelta al equipo enterró dudas e incertidumbres, aunque no fue la única nota positiva del partido ante el Rennes. Con un nuevo cambio de imagen en su cabellera –¿se podría comparar con aquel joven Daniel tan dado al narcisismo capilar?–, Koundé reapareció para que el Sevilla de Lopetegui ofreciera su mejor versión de nuevo. No fue tanto el equipo mandón con el balón como el de Stamford Bridge o el Camp Nou, ni el resistente y pétreo de Budapest que sólo se rindió ante el apabullante Bayern Múnich en la prórroga y tras haber podido ganar el partido en aquella ocasión de En-Nesyri.

El discurso del parisino de 21 años, su carácter ganador y sus cambios capilares evocan a Daniel

Fue otro Sevilla, desbocado, de altísimo ritmo, de precisión en la circulación, en los controles, en los cambios de juego... Un Sevilla que no se dejaba llegar porque Koundé había plantado sus reales en el eje de la zaga para arrinconar desde atrás a un asustado Rennes.

Con Koundé en el campo, sus compañeros del centro del campo soltaron riendas para presionar como posesos en el campo contrario y darle un vibrante ritmo a la circulación del balón, sin miedo a perderlo.

Ahí fue clave el papel de Joan Jordán junto a Óliver Torres, una pareja que se compenetró a la perfección por delante de Fernando y en ausencia de Rakitic, a quien Lopetegui dio descanso para, por un lado, dosificar su energía tras un arranque demasiado concentrado de minutos y responsabilidades, y también para darle otra vuelta de tuerca al juego ofensivo del equipo.

El Sevilla de Koundé tiene confianza para adelantar su presión sin mirar a sus espaldas, bien guardadas

El regreso de Koundé también coincidió con un doble récord de Champions. Los 23 remates que realizó el Sevilla suponen el mejor registro en todos los partidos disputados en la presente edición de la Liga de Campeones. También hay otra marca para destacar en la que sobresale el papel del colectivo a la hora de cercenar los ataques contrarios: apenas dos llegadas. Sólo el Manchester City se dejó llegar dos veces, el martes ante el Olympique de Marsella.

Nadie ha alejado el peligro de su portería tanto como el Sevilla hasta ahora en la presente Champions. Un 23-2 en el cómputo de ocasiones que ilustra sobre el torbellino sevillista... con Koundé guardando las espaldas de todos y poniendo al servicio del equipo su visión para leer el momento de la anticipación, su valentía para tirar la línea hacia delante y para saltar más aun midiendo menos que sus pares.

Otro aspecto que agradecen sus compañeros, en este caso los dos que ejercieron de interiores, es su seguridad a la hora de sacar la pelota, por dentro buscando en este caso a Joan Jordán u Óliver Torres, con desplazamientos en largo hacia las alas que rompen la basculación del rival o conduciendo con la cara levantada para ir dejando atrás piernas rivales.

La conexión por dentro con los medios, los balones a las alas o sus demarrajes rompen al rival

Pero no todos los partidos van a ser como el del Rennes, que también llegó capitidisminuido por las bajas de dos piezas clave como Nzonzi y Camavinga. El propio Koundé, con su personalidad para mirar con perspectiva en sus análisis, ya pone el énfasis en lo que le espera al Sevilla en San Mamés. "Vamos a prepararnos para un partido intenso y con mucho movimiento", dijo en la resaca dulce del triunfo sobre el Rennes, al que sólo se le puede poner la pega del poco rédito goleador a tanta producción ofensiva.

El debate del gol sale ahí a escena y en la exégesis de Koundé no puede obviarse la sensación de que este émulo de Daniel Alves, por personalidad y talento, no va a durar mucho en el Sevilla. Toca disfrutarlo entretanto.

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