Sevilla-Levante

Previa: El fútbol sobre los debates

  • El Sevilla se reencuentra con su gente después de la noche aciaga del Camp Nou que avivó la dialéctica sobre el delantero centro

  • El Levante pone a prueba el método Lopetegui

De Jong practica el disparo a puerta en la sesión de entrenamiento del Sevilla en el Ramón Sánchez-Pizjuán, en la mañana de ayer.

De Jong practica el disparo a puerta en la sesión de entrenamiento del Sevilla en el Ramón Sánchez-Pizjuán, en la mañana de ayer. / SFC

Justo dos semanas después de la aciaga noche del Camp Nou, en la que el sevillismo pasó de frotarse los ojos ante la exhibición y las oportunidades desperdiciadas por su equipo a maldecir la hora en que encendió la espita de la esperanza, el Sevilla se reencuentra con su gente. Lo hace en medio de un debate sobre el delantero centro que se recrudeció al tiempo que De Jong se empecinaba en fallar ocasiones claras y que se acrecentó con los goles de Dabbur con Israel. El debate está en la calle, pero sobre ese debate, ya casi una discusión bizantina, está el fútbol. Y Julen Lopetegui parece tener claro que, para imponer su fútbol, De Jong es el hombre ideal.

El entrenador del Sevilla tiene su método y gracias a él ha logrado insuflarle al Sevilla alma de equipo. Salvo ante el Real Madrid, que le dio de su propia medicina y le mostró sus carencias y su incapacidad, hasta ahora siempre ha lucido en importantes fases de todos los partidos disputados ese equipo dominador, presionador y, en menor medida, pegador. Ahí es donde está cojeando más el proyecto y por ahí, lógicamente, surge el debate. Y no es que al Sevilla le falte gol. La mejor prueba es que tres de sus internacionales, Ocampos en su debut con Argentina, De Jong y Dabbur, han hecho cinco tantos durante el parón. Y el Sevilla es uno de los equipos de la Liga que más dispara y más remata a portería, tras los dos grandes y en paridad con el Villarreal.

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SEV-LEV / Infografía

Otra cosa es que su delantero de referencia tenga acierto o se ponga de gol. En el Camp Nou, al menos, sí mostró que es capaz de estar en el sitio intuitivo en el que el nueve de un equipo huele el peligro, el gol. Pero le faltaron fortuna y acierto, o calidad técnica –he ahí otro debate– para colar el balón dentro en al menos cuatro ocasiones clarísimas.

El asunto del nueve deja a un lado que el futbolista más caro de la historia del club, Rony Lopes, o el que puede llegar a serlo si cumple los objetivos firmados para las primas por pluses, Jules Koundé, apenas han aparecido cuando la competición alcanza ya la novena jornada de Liga. Son consecuencias de lo pronto que dio con un equipo tipo Lopetegui y de la buena respuesta media que ha tenido ese bloque, lo cual debería ser tenido en cuenta para ponerlo en el plato de la balanza junto a las cosas positivas. También ha influido la ausencia generalizada hasta ahora de lesiones y sanciones.

Quizá por el peso excesivo de lo positivo el sevillismo, siempre presto a buscar dónde está la falta por un desasosiego inherente a su personalidad, anda buscándole tres pies al gato, como dice Monchi cuando tercia sobre el debate en particular sobre la ausencia recurrente de Dabbur en las convocatorias ligueras. Lo cierto es que hoy, ante el Levante, Lopetegui tiene otra oportunidad de demostrar que quien lleva razón en esta bizantina discusión es él... en colaboración del bueno de Luuk de Jong, claro.

Avisa Lopetegui de que se trata de uno de los equipos más peligrosos a domicilio, por su contra vertical, aunque los resultados lo desdicen: perdió en Mendizorroza (1-0), puso en apuros al Madrid (3-2), sufrió la remontada del Betis (3-1) y ganó por fin en Butarque (1-2). Pero si Lopetegi lo dice es porque tiene información especializada, alejada de la superficial visión del aficionado de a pie..., como en el caso de De Jong. Hoy vuelve el fútbol a Nervión y el sevillista tiene argumentos para ver la botella medio llena.

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