El Sevilla dice adiós a la Champions de la forma más triste. Tiró por tierra un partido encarrilado, en el que parecía que Diego Alonso iba a espantar sus fantasmas. Con un 2-0 a favor gracias a los goles de Sergio Ramos y En-Nesyri, se complicó tontamente por la expulsión, por dos amarillas en dos minutos, de Ocampos.
El PSV Eindhoven, hasta entonces empequeñecido en Nervión, dominó a un asustado Sevilla, logró empatar y hasta logró el triunfo. En poco minutos hizo dos goles, obra de Saibiri y Gudelj en propia puerta, y llevó de nuevo la indignación al Sánchez-Pizjuán, donde la afición ya no aguanta más. La puntilla la puso Pepi tras una jugada en la que a Nianzou, pese a estar fresco, se le vieron las vergüenzas en una carrera con Vertessem Los visitantes pudieron incluso hacer el cuarto ante un Sevilla entregado.
El resultado complica el futuro de la institución y de Diego Alonso, amén de que pone de nuevo en el disparadero a Pepe Castro y a José María del Nido Carrasco. Gran parte del público se marchó del estadio cuando el PSV hizo el tercero en el descuento, en el minuto 93.
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