"Hay tiempo para mejorar. Mejorando seguramente estaremos en un lugar diferente al que estamos". Así replicaba Jorge Sampaoli, que vivió otro triunfo fuera del banquillo, a la pregunta de si creía que, tras la secuencia de 9 puntos de los últimos 12 y viéndose ya a 10 puntos de los puestos europeos el Sevilla tenía tiempo para soñar con cotas más altas en la segunda vuelta.

Llegado el ecuador de la Liga, el Sevilla tiene apenas 21 puntos. Haciendo un balance histórico, se trata de un guarismo bajísimo, justo la mitad de los 42 que consiguió Sampaoli en su primera etapa, cuando marcó el récord de puntos después de medirse en los 19 partidos con todos los rivales de Primera División; y casi la mitad de los 41 puntos de la temporada pasada, cuando el Sevilla de Lopetegui llegó al ecuador como segundo con 42 puntos, antes de su triste deriva a raíz de las lesiones –la de Fernando fue crucial– y los decepcionantes fichajes de Martial y Tecatito.

Sólo en las temporadas de los dos últimos descensos, en la 96-97 (17 puntos) y en la 99-00 (16 puntos) sumó menos el Sevilla en la Liga de tres puntos. Hay que retrotraerse a las campañas 02-03 (22 puntos) y 12-13 (22 también) para encontrar cifras similares. Pero haciendo un análisis coyuntural de cómo ha llegado al ecuador este Sevilla tras lo desarrollado en el mes de enero surge la esperanza de verlo sacudiéndose la presión del descenso y mirando arriba.

El próximo partido, en el Camp Nou con una semana limpia en medio, no invita mucho al optimismo. Tras la jornada decimonovena, con victorias de Celta, Valladolid y Cádiz -los tres tienen salidas complicadas en la vigésima jornada-, el Sevilla se encuentra a 2 puntos del descenso aunque asomándose a la mitad de la tabla. Evidentemente, no se puede dormir en los laureles ni echar las campanas al vuelo.

Pero la mejoría sostenida de juego, tal y como señaló Sampaoli tras el claro triunfo sobre el Elche –colista descolgado, no se olvide–, sí invita a mirar de otra forma la segunda vuelta. La victoria fue más que importante, aunque fuera ante el colista: "Nos sirve para salir de la incomodidad, y también para apuntalar la frecuencia de trabajo. Vamos a intentar seguir en esta línea para realizar una segunda vuelta mucho mejor".

Y a esa expectativa de sostener la línea encontrada deben unirse los refuerzos en esta segunda vuelta, tanto los del mercado, como los de futbolistas que van a sumar, como Fernando ya liberado de tener que jugar de central; Suso, una vez superada su lesión; o el Papu Gómez, pese a los pitos que recibió en su regreso. Con tiempo para la esperanza, confianza y efectivos, el Sevilla es otro.