Sevilla FC

Un club en parada técnica

Monchi, Del Nido Carrasco y Castro, muy serios los tres entre el público de un acto en la sala de prensa del Sánchez-Pizjuán.

Monchi, Del Nido Carrasco y Castro, muy serios los tres entre el público de un acto en la sala de prensa del Sánchez-Pizjuán. / Raúl Caro / EFE

Cualquiera lo hubiera dicho hace apenas una semana cuando el sevillismo deliraba por las calles de la ciudad con el paseo triunfal de los campeones en Budapest. Pero las circunstancias son las que son y es el mejor ejemplo de que el fútbol no tiene memoria.

El Sevilla es hoy día, de manera figurada aunque también no tanto, un club en parada técnica, pues ha sufrido en la última semana un doble bloqueo, deportivo y societario, con dos noticias que hacen que de alguna manera estemos hablando de una sociedad mercantil paralizada a efectos técnicos.

Por un lado, lo único seguro de cara a la próxima temporada es que tiene a un entrenador firmado, José Luis Mendilibar. Sin embargo, muchas e importantes dudas se ciernen sobre quién será el líder del proyecto futbolístico, pues la petición formal de Monchi de abandonar su puesto de director general deportivo y la negativa del consejo ejecutivo a concederle este deseo e ir a por un sustituto en un periodo fundamental para la planificación como es el inicio del mercado hace que el Sevilla vaya claramente en desventaja sobre sus competidores.

Pero, además, la situación judicial añade más dudas sobre  una sociedad que no aprobó sus cuentas en la última Junta de Accionistas y en la que un magistrado de lo Mercantil ha sentenciado que en la misma se cometió una ilegalidad societaria al no dejar votar al máximo accionista a título individual. Es cierto que el juez se declaró, pese a su dictamen, insolvente para disolver el consejo de administración, pero siguiendo los pasos lógicos lo único que Castro y Del Nido Carrasco han ganado es algo de tiempo.

Con Monchi, ni en un sentido ni en otro, ha habido avance alguno y no se espera que antes del lunes se produzcan nuevos contactos. Las posturas son firmes. El de San Fernando quiere abandonar, y el club, temiendo además que dejarlo marchar sin hacerle cumplir el contrato se le vuelva en contra en esa pelea judicial, no se mueve en de su pedestal: si va a otro club, debe pagar la indemnización.

Fuentes del propio consejo lo reconocían a Efe: “Cuando se fue a la Roma el Sevilla decidió exonerarlo del pago, pero ahora eso no nos lo podemos plantear en el contexto de guerra societaria en el que estamos, pues sería ponernos ante un problema jurídico al renunciar a cobrar algo que legalmente nos pertenece”. Lo más parecido a un bloqueo...

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