El Sevilla ha depositado en la mañana de este miércoles 28 de octubre un ramo de flores en la tumba de Ramón Sánchez-Pizjuán. Se trata de una tradición que ha vuelto a cumplimentar el club sevillista, siempre atento a preservar la memoria de sus próceres y el que fuera presidente en dos etapas, en los años 30, 40 y 50, hasta su muerte en 1956, está entre los más altos.

La delegación del Sevilla ha dejado un centro de flores granas y blancas con la leyenda Sevilla F.C.

Como todos los 28 de octubre, el Sevilla FC ha realizado una ofrenda floral a Ramón Sánchez-Pizjuán en el aniversario de su fallecimiento. Siempre en nuestro recuerdo.#WeareSevilla pic.twitter.com/HOALHCvbnK

— Sevilla Fútbol Club (@SevillaFC) October 28, 2020

Ramón Sánchez-Pizjuán (Sevilla, 21-12-1900) fue el ideológo y el impulsor del gran Sevilla de la primera época dorada, desde que accediese al cargo de presidente el 16 de febrero de 1932, con el equipo aún en Segunda División. Logró el ascenso en 1934 y en 1935 dio el primer título nacional al club nervionense, la Copa de España.

Ocupó la presidencia en una primera etapa hasta el 5 de diciembre de 1941, tras la conquista del Sevilla, en 1939, de la segunda Copa de España y tras haber instalado al club en la élite del fútbol español. Desde aquella fecha ocupó la vicepresidencia de la Federación Española de Fútbol.

Posteriormente, el prestigioso abogado sevillano volvió a centrar su actividad en el club de sus amores, que no había dejado en la distancia pese a su traslado a Madrid, accediendo de nuevo a la presidencia en mayo de 1948, año del último título bajo su mandato, la Copa de España, dos años después de la Liga de 1946. 

En este periodo de éxito, el Sevilla también fue subcampeón de Liga en 1940 y 1951 y de Copa en 1955. No pudo ver don Ramón el debut de su equipo en la Copa de Europa (su primera edición fue en 1955) de la temporada 1957-58, a la que accedió como subcampeón de Liga en 1957.

En su segunda etapa, además de consolidar al Sevilla en la élite, se centró en levantar un nuevo estadio que diese más capacidad al viejo Nervión, en consonancia al crecimiento del club. No pudo ver terminada su obra, ya que falleció a los 55 años en 1956, dos años antes de que se inaugurara el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.