Al Camp Nou a defender el honor de ser segundo

El Camp Nou es el estadio que más se le atraganta al Sevilla. Nada nuevo bajo el sol. Hace casi 20 años que no gana allí un partido de Liga el equipo blanquirrojo, concretamente desde aquella pañolada con bronca que aguantó estoicamente Joan Gaspart después del 0-3 que le endosó el Sevilla de Joaquín Caparrós con un gol de penalti de Casquero y dos de Toedtli. Casi 20 años, que se dice pronto, en un lapso de tiempo larguísimo y que ha coincidido además con la etapa más gloriosa del club de Nervión.

Por unos factores u otros, incluido el de que ya lo reciben allí como a un grande al que no se le da opción a la sorpresa, es un lapso de tiempo que pesa como un feo baldón sobre el club sevillista. Y allí será donde el equipo de Julen Lopetegui defienda el honor de seguir siendo el segundo de la Liga.

Será una tarea complicada, porque precisamente ahora es cuando el Barcelona atraviesa su mejor momento en toda la temporada. Cinco jornadas consecutivas lleva ganando el conjunto azulgrana, que se exhibió a lo grande con su goleada en el Santiago Bernabéu antes del parón. Mientras que el Sevilla acumula tres empates consecutivos y ha visto como en el mes de marzo se le han acercado hasta quedarse a tres puntos precisamente el Barcelona y el Atlético de Madrid. Si a eso se suma que la plantilla sevillista sigue asaeteada por la racha interminable de lesiones, pues pintan bastos...

Pero tampoco se puede obviar que el Sevilla, único equipo invicto en su feudo de toda la Liga, también es el único que ha perdido solamente dos partidos en todo el campeonato nacional y es el menos goleado de largo... Es decir, que el del domingo a las 21:00 es un partido para el que un buen apostante iría a triple en la Quiniela.

Las sensaciones que había después de la jornada vigésima novena, con el frustrante empate ante la Real Sociedad en el Sánchez-Pizjuán y la goleada del Barcelona sobre el Real Madrid, se van mesurando con el paso de los días, con las declaraciones de los protagonistas, con la recuperación de algunos efectivos que pueden cimentar la línea más identificativa de la solidez sevillista, léase Diego Carlos y Rekik. Y conforme se acerca el partido durante este largo y último parón de selecciones más abierto parece un pronóstico que se aparecía negro para los sevillistas hace semana y media.

De entrada, el que sigue siendo segundo clasificado de la Liga es el Sevilla, que lo ha sido durante 20 jornadas, sin contar la primera, en la que testimonialmente se ubicó en la segunda posición por el goal average, tras el 3-0 al Rayo Vallecano. Fue más avanzada la competición cuando el equipo de Lopetegui asió con fuerza ese privilegiado segundo puesto que ahora expondrá en el Camp Nou, donde el Barcelona, con 54 puntos –y un partido menos– aspira a igualar los 57 del Sevilla y superarlo por el goal average particular, ya que en el jugado en Nervión, el aplazado de la cuarta jornada jugado el 21 de diciembre, hubo empate: 1-1.

Aquel día el Sevilla estaba camino de superar al Barcelona de Xavi, pero la absurda expulsión de Koundé frenó la maduración del partido. Ahora, las tornas han cambiado y es el Barcelona el equipo más en forma del campeonato. Desde que el talentoso ex mediocampista cogió el equipo tras la interinidad de Sergi en dos jornadas, suma 11 victorias, cuatro empates y una sola derrota, precisamente en el Camp Nou y a manos del Betis (0-1). El último partido que no ganó fue el derbi catalán, en el que el sevillista De Jong logró el 2-2 en el minuto 96. Algunos arbitrajes polémicos y unas cuantas dosis de suerte también han acompañado esa ascensión azulgrana.

Enfrente estará un Sevilla que lleva 19 jornadas seguidas segundo, desde el triunfo sobre el Osasuna el 31 de octubre. En realidad, son 20 en total, ya que lo fue por primera vez en la décima jornada, y cayó al tercer puesto en la undécima con aquel polémico empate en Mallorca que lo pudo colocar vicelíder –el Barça era noveno entonces, a 5 puntos del Sevilla–. Casi 20 años han pasado del último triunfo liguero del Sevilla en el Camp Nou... Demasiado tiempo.