Sevilla FC | Lucha accionarial

La acción del Sevilla cotiza a 2.000 euros y sigue subiendo

José Castro, junto a sus vicepresidentes Del Nido Carrasco y Gabriel Ramos.

José Castro, junto a sus vicepresidentes Del Nido Carrasco y Gabriel Ramos. / Juan Carlos Muñoz

La acción del Sevilla FC SAD sigue siendo un valor en alza, como demuestran los movimientos que se siguen produciendo, aunque a pequeña escala, aún hoy meses (y hasta años ya) después de la gran carrera por la compra de títulos que siguieron todas las grandes fuerzas accionariales y muchas de las cuales fueron a parar al llamado grupo americano, que posee hoy alrededor de 7,25 por ciento del capital después de la millonaria inversión que ha realizado desde su llegada a la sociedad, primero de forma tapada y ya al completo descubierto con su representante, Andrés Blázquez, a la cabeza.

En la previa a la Junta General Extraordinaria que el actual consejo debe convocar tras la petición formal solicitada por Sevillistas Unidos 2020 se están produciendo movimientos de compra-venta que están llegando a una cifra de unos 2.000 euros por acción, sobre todo si se trata de pequeños paquetes de 50, 100 o más títulos. Ello es un síntoma, entre otros de diversa interpretación, de que el valor de la sociedad está en claro ascenso. Sin duda, la bonanza deportiva influye y de la mano va la económica, siendo aquí necesario hacer hincapié en la importancia de repetir año a año clasificación para la fase de grupos de la Champions League, lo que arroja unos dividendos atractivos para cualquier grupo inversor y –cómo no– para las familias poseedoras de los grandes paquetes que no cesan en su lucha por tener el poder.

Los 2.000 euros a los que se está pagando la acción hacen que cada vez se esté más cerca de la estimación de KPMG, fondo inversor y auditor que ya cifró en 2017 el valor del Sevilla en 261 millones de euros, lo que daba a cada acción un valor de 2.522 euros. Un año después, según se hizo público en la Junta de Accionistas, este valor ascendió a una cantidad entre los 249 y los 273 millones (2.800 euros por acción) y ya en 2020, KPMG auditaba a la sociedad en 352 millones (por encima de los 3.400 euros por título).

Se empezaron a vender a 300 euros hace dos años, y ahora, según las últimas transacciones, se pagan a 2.000.

¿Todo esto qué quiere decir? Que toda la diferencia del dinero entre lo que se está pagando cada acción en estos movimientos que se siguen produciendo a pequeña escala y el valor de auditoría es la ganancia que una hipotética venta del club a gran escala reportaría a los grandes grupos accionariales siempre y cuando garantizaran el control de al menos el 51% del capital social.

Las sindicaciones cuando se acerca la Junta de Accionistas, ya sea Extraordinaria o conjuntamente con la Ordinaria, están a la orden del día. A algunas de estas familias que antes compraban títulos a pequeños accionistas se les ha acabado el dinero (o ya no tienen prestamistas) y han pasado a pedir el agrupamiento para asegurarse el mayor control posible. Las fuerzas, según las cuentas que la mayoría hace por voluntades de los dos bandos definidos están muy, muy, pero muy parejas, por lo que un simple 1% puede ser decisivo.

En todo esta auténtica vorágine es necesario destacar el esfuerzo de muchos sevillistas que se resisten a vender por mucho que suba el precio y que le dan a sus acciones un valor sentimental. En estas situaciones se hacen mucho más necesarias alineadas en favor de que la sociedad no cambie de manos. En el caso de Accionistas Unidos aglutinan más de un 5% y esperan llegar a más con la campaña Uno + Uno, por el que cada agrupado trata de adherir a un accionista.

Otro aspecto a tener en cuenta es el reparto de dividendos que la sociedad aprobó en la reforma de los estatutos siempre y cuando el ejercicio arroje superávit, lo cual tal y como está el fútbol y con Monchi manejando la parcela deportiva se logra con la simple venta de un jugador. 44 euros se pagó por acción el primer año, aunque esa cifra, tal y como bajó, sube conforme más jugadores se traspasen. ¿Y quién decide eso..?

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