Un bloque prometedor con muy poquitos mimbres (2-2)

El Sevilla, el nuevo Sevilla de Matías Almeyda, se adjudicó el XIV Trofeo Antonio Puerta ante Al Qadsiah saudí, que dobló la rodilla en la tanda de penaltis en la que Nyland fue decisivo al parar dos lanzamientos tras un partido que parecía que iban a ganar los blancos, pero que una vez más sus licencias y dudas atrás –esta vez un gol encajado en el 94 en otro despiste– dejaron las mayores dudas en la primera comparecencia ante la afición.

Con la figura de la zurda mágica siempre presente, el Sevilla de Almeyda dejó en el aire la incógnita de qué es lo que va a ser a partir de la cita de San Mamés cuando agosto cruce el ecuador. Hay sevillistas que tiemblan con lo que intuyen y también los hay que les gusta lo que ven. Pero es imposible saber qué va a ser de este Sevilla. Da la impresión de que puede ser un buen bloque sin mimbres o con muy poquitos mimbres. Eso es lo que no se sabe aún de este proyecto en el que Antonio Cordón debe ser el garante.

Sin Juanlu, cuya ausencia fue un signo si no evidente sí muy claro de que tiene los días contados en Nervión, el Sevilla siguió en su línea de lo que ha mostrado todo el verano. Al menos compite, corre, incomoda, aprieta, roba... Se nota que su entrenador era un stoper, pues esa filosofía es la que trata de inculcar a sus futbolistas cuando no tienen el balón. Eso y algo fundamental, estar bien colocados para cuando se produzca la pérdida.

Con balón, este Sevilla –aclarando que aún queda mucho por ver– parece un equipo que combina el no rifarla con la verticalidad del pase largo. Junto a la tendencia de Lukébakio a meterse por dentro para recibir, algo nuevo, por otra parte, aquello del corto, corto, largo (el pase) dejó en varias ocasiones a Akor Adams en solitario ante el portero, el belga Casteels que sonó más de una vez como objetivo del Sevilla.

Una vez un pase de Gudelj, que no resolvió tirando fuera, y otra vez en un envío largo de derecha de Nyland que provocó el robo del nigeriano sobre el ex madridista Nacho y que se encontró con el meta rival.

El gigante africano ofrece recursos interesantes, porque además el trabajo en la presión mezclado con su físico puede llegar a ser una bomba.

Los de Almeyda se adelantaron pronto. Prácticamente en la primera llegada el Sevilla forzó un córner que se convirtió en el 1-0. En una jugada simple, pero ensayada, los sevillistas hicieron bien el arrastre hacia el área pequeña y aclararon el pase a Lukébakio, que abrió el pie con calidad para ponerla suave en el poste por dentro de la portería de Gol Norte.

Con el 1-0, el partido, pese a esos chispazos de Akor Adams y la buena capacidad de asociación del chileno Suazo, decayó alarmantemente en ritmo, algo propio del fútbol de pretemporada. Y eso siempre es un arma de doble filo para los defensas, que pierden la concentración. Y eso le pasó al que lleva un veranito para preocuparse, José Ángel Carmona, que se dejó robar la cartera por un rápido Bonsu Baah que ya lo había avisado un par de veces. El despiste del del Viso le hizo arrancar tarde y cuando se dio cuenta ya estaba corriendo detrás del ghanés en el área, lo trastabilló y no pudo evitar el penalti, convertido por Retegui, por el que el Al Qadsiah ha pagado 77 millones al Atalanta. Además, el defensa sevillista tenía que dejar el campo con un golpe en la cabeza siendo sustituido por Agoumé, de momento la última apuesta de Cordón al pagar –o mejor dicho, comprometer el pago– 4 millones de euros para elevar el porcentaje de la propiedad del franco-camerunés. Alguna razón habrá...

En la segunda mitad el Sevilla, todavía sin cambios al margen del obligado de Carmona, salió con brío. Vargas, un jugador llamado a ser importante porque se mueve bien en todos los frentes, pudo aumentar la ventaja local por la izquierda, pero lo hizo Idumbo por esa misma banda, tras una jugada del suizo por la derecha. Es una de las señas que pueden diferenciar al Sevilla de Almeyda, el que los jugadores de ataque sepan hacerse indetectables y aparezcan por culaquier lado. Ya veremos. Es pronto.

La más clara en este periodo, sin embargo, la tuvo Lukébakio apareciendo... por la izquierda. Se llenó de balón y tiró alto, al igual que Akor Adams, que hizo algo parecido. Debe afinar el africano ante el gol. Tiene buenas cosas pero en la Liga no va a tener tantas opciones en un partido.

La defensa sigue siendo el gran problema

Con el carrusel de cambios, Almeyda también probó con una defensa de tres y dos delanteros, pero ya demasiados jugadores jóvenes que no van (o no deberían) a tener protagonismo. Alfon, ya recuperado, mostró cosas por la derecha y en general el equipo arriba parece que carbura, pero atrás se desnuda con facilidad. Aparte de la baja de Badé en defensa, faltan muchas cosas y otra vez, cuando parecía todo finiquitado, un desliz de la retaguardia hizo que hubiera que decidir el campeón en la tanda de penaltis. Fue el rebote mal defendido de una falta el que forzó la tanda de penaltis para que Nyland hiciera posible que 12 de los 14 trofeos se guarden en las vitrinas del Sánchez-Pizjuán.

Aunque eso es lo de menos y se olvida pronto. Lo que empieza en dos semanas no.