Claro que es una final

La afición llena el vacío de una directiva maniatada por la crisis y la crispación y se moviliza para crear “el ambiente” de las acostumbradas “finales de mayo” para la cita con el Leganés

Suso: "Nuestra afición es espectacular, nuestro mejor jugador"

Aspecto de Gol Norte en el entrenamiento a puerta abierta previo al último derbi.
Aspecto de Gol Norte en el entrenamiento a puerta abierta previo al último derbi. / David Arjona

En voz baja, sin hacer ruido, el Sevilla prepara una auténtica final, el encuentro con un directísimo rival para evitar el descenso. Al contrario de lo que pasara hace dos temporadas, cuando a estas alturas el equipo de José Luis Mendilibar ya había espantado el fantasma del descenso y estaba metido de lleno en las eliminatorias por la UEFA Europa League, los nervionenses afrontarán en mayo otro tipo de finales mucho más desagradables. Pero igualmente trascendentales. La primera de ellas, el domingo. La segunda, el sábado de Feria en Vigo y la tercera el martes después de la Feria contra Las Palmas. Dos rivales directos en casa y la salvación en su mano.

Desde el club, entre una circunstancia y otra, no pueden hacer un llamamiento a la afición. Por un lado porque reconocer que lo del domingo contra el Leganés, penúltimo clasificado a siete puntos del Sevilla, es una final es también abrir la puerta a los nervios, a la excesiva presión a un equipo que no está para muchos vaivenes emocionales. Y por otro lado, sobre todo, la falta absoluta de credibilidad del actual comité de dirección en particular y del consejo de administración en general tampoco invita a ningún tipo de llamamiento de forma institucional. Indirectamente, el club recurrió a un veterano como Suso para darle el pellizquito emocional al sevillismo. “La afición es espectacular y lista”, dijo el gaditano. Y el guante lanzado será recogido por un sevillismo que un rato antes de la comparecencia de Suso ya había realizado su propio llamamiento a través de su grupo radical más significativo.

En la mañana de ayer, mientras el equipo se ejercitaba en la ciudad deportiva, Biris Norte abandonó su beligerancia hacia José María del Nido Carrasco, José Castro y Víctor Orta, principales cabezas visibles del club, para realizar una arenga con vistas a que el sevillismo convierta Nervión en una caldera que vuelva a ser el de las grandes ocasiones. Algo así como el que convirtió frente al Manchester United el estadio en una caldera de blanca cal donde se coció el equipo inglés hace dos años. O donde poco después, aún no se han cumplido dos años, la caldera nervionense tomó el rojo del fuego con el que el sevillismo recibió a la Juventus.

“Estamos acostumbrados a jugar finales en mayo y la de este domingo, aunque muy diferente a las anteriores, lo es”, rememoraba en su llamamiento el mensaje del grupo radical. “Sólo vale la victoria y para ello recibiremos al bus del equipo a su llegada. Después, tocará meter el primer gol desde la grada”, añadía. Nada de movilizaciones, que quedan aparcadas... de momento. Porque la procesión sigue por dentro y la pérdida de credibilidad de la directiva es absoluta, pero la afición sevillista también debe entender que está en juego la supervivencia del equipo y del club.

Quizá la afición, tal y como dijo Suso, sea más lista que los que toman las decisiones, porque la iniciativa de ofrecer una rebaja del 50% del precio de las entradas a los socios rojos se antoja una medida tímida para lo que está en juego. Las entradas se pusieron a la venta con unos precios normales. Es decir, caros. La más barata en Gol Norte o Gol Sur es de 40 euros, 45 euros en el Voladizo. Y las más caras van de los 75 euros de Preferencia a los 125 euros de la Tribuna Central Cubierta. De todas formas, dado que el aforo está cubierto en mayor medida por los abonados, todo dependerá de que éstos perciban que todos deben arrimar el hombro. De verdad. Como en una final. Y ya llegará la hora de pedir explicacaciones a Júnior...

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