La crónica del Almería - Sevilla

No se crispen, se puede perder más (2-1)

Almería - Sevilla:Vídeo resumen con el resultado y el gol del partido de Liga

Tercera jornada de la Liga Santander, se mira la clasificación y ésta indica que el Sevilla FC SAD lleva un punto de nueve posibles después de haberse enfrentado a dos de los recién ascendidos, el Valladolid y el Almería. Pero su presidente, José Castro, dice que la crispación que existe no es buena; su entrenador, Julen Lopetegui, recuerda que ha quedado cuarto en las tres últimas campañas; y su director deportivo, Monchi, se alegra del apoyo de sus aficionados antes del choque y divaga sin decir nada sobre un mercado que cada vez está más cerca de cerrarse sin que aparezcan soluciones. Queda otra pata del banco que manda igual o más que el que más, José María del Nido Carrasco, que permanece en silencio en espera de tiempos mejores. Y los miembros del consejo ahí están, también callan, silentes. ¿Y la oposición? Bueno, pasemos al análisis del partido mejor.

En definitiva, aquí no pasa nada, el Sevilla 2022-23 no necesita mayores cambios mientras acumula fracasos deportivos, uno detrás de otro, desde que el Arsenal lo avergonzara en Londres hace más de un mes, cuando aún restaba un mundo para haber intentado solucionar la marcha de dos de los mejores centrales del mundo para, al menos, acercarse a ese nivel. ¿Con Rekik como titular? Pues ahí están los resultados por muy jodidos que sean, tanto que, en un fútbol ficción, lo mismo hubiera sido mejor que viera la segunda tarjeta amarilla, por mucho que la primera fuera injusta, por su pisotón.

Con la lesión eterna, de momento, de Marcao, fichado con problemas en los isquiotibiales desde la pasada temporada, según el propio Monchi, el central titular es Rekik y por ahí, por la diferencia entre el holandés y Diego Carlos tal vez se puedan hallar algunas respuestas a este arranque del que, según Lopetegui y todos los datos objetivos, fue el cuarto clasificado de la Liga en las dos últimas temporadas.

Óliver Torres, autor del soberbio gol del Sevilla, disputa el balón con Eguaras. Óliver Torres, autor del soberbio gol del Sevilla, disputa el balón con Eguaras.

Óliver Torres, autor del soberbio gol del Sevilla, disputa el balón con Eguaras. / Carlos Barba / Efe

Pero no se crispen, que todo se acabará arreglando. O no. La cuestión es que el Sevilla de Castro, Del Nido Júnior, Monchi y Lopetegui se está acostumbrando a perder y eso es muy peligroso en el fútbol. Lo hace cuando juega regular, tirando a mal, como en Pamplona, y también lo repite cuando protagoniza un primer periodo prometedor, como en Almería. Incluso empata gracias a un regalo de Asenjo en casa después de otro primer periodo aceptable, aunque con la tara de no marcarle un gol ni al arcoíris.

El Sevilla, con Joan Jordán animado por su espectacular pase inicial a Lamela, salió con un juego más convincente, pero le faltó el gol ahí

El problema está en que se acumulan muchos hombres en el centro del campo, incluso se piensa que hacen falta más ahí, más creatividad, y se olvida que los partidos de fútbol se ganan en las dos áreas, protegiendo bien la propia y atacando con maldad y acierto la ajena. Justo lo que no sucedió en Almería ni en un sentido ni en otro, porque el Sevilla falló unas pocas de oportunidades claras para marcar y también fue incapaz de proteger de manera adecuada a Bono cuando los almerienses salieron con velocidad al ataque.

El Sevilla había debido dejar más que sentenciado el partido en la primera mitad. Los hombres de Lopetegui, con un equipo casi calcado al de la anterior jornada con cambios en los laterales, uno de ellos obligado por la sanción de Acuña, ya tuvieron una opción clarísima para ponerse por delante a los 30 segundos, pero Lamela no sacó provecho de un maravilloso pase de Joan Jordán y permitió una buena parada de Fernando en su salida desesperada.

El tanto de Óliver Torres premió al mando de la escuadra de Lopetegui y entonces debió llegar la sentencia, tuvo ocasiones claras

Los nervionenses planteaban una declaración de intenciones bastante agradable para el aficionado neutral, sobre todo para éste, porque un par de minutos después Bono tenía que lucirse en un disparo desde la frontal de Akieme para evitar que fuera el Almería quien se pusiera por delante. Esta acción, sin embargo, fue un espejismo, el Sevilla tenía todo el control de la situación y robaba en situaciones muy peligrosas para los locales.

Fernando y el ex sevillista Pozo pugnan por un balón. Fernando y el ex sevillista Pozo pugnan por un balón.

Fernando y el ex sevillista Pozo pugnan por un balón. / Carlos Barba / Efe

Rubi retrasaba muchísimo a Rodrigo Ely para intentar la salida desde atrás, casi a la altura del portero para abrir a los otros dos centrales. Pero lo que conseguía era que los hombres de negro y medias rosas recuperaran en zonas de verdadero peligro. El Sevilla tuvo varias llegadas para haberse puesto por delante. En algunas de ellas erró en el último pase y de esta manera imposibilitaba los remates, pero en la más clara Lamela, de nuevo Lamela, no aprovechaba un balón de gol de Rafa Mir después de recuperar otra vez la pelota. Minuto 17.

El gigante de Cartagena se metió hasta la línea de fondo, dio el pase de la muerte atrás y Lamela, de forma incomprensible, no la ponía dentro, sino que permitía otra parada salvadora de Fernando. El Sevilla había dejado escapar otra opción clarísima y lo peor, para los hombres de Lopetegui, era que existían unas nubes en el horizonte por culpa de algunas tarjetas innecesarias y algo rigurosas por parte de Gil Manzano.

La endeblez atrás se empezó a ver a través de Rekik, que pudo ser expulsado antes; después arrastró al resto y eso rompió el dominio

El extremeño pudo ser decisivo, pero, paradójicamente, se arrugó cuando debió expulsar a Rekik por un pisotón clarísimo. Hubiera sido la segunda amonestación, aunque la primera, es cierto, pertenecía al reino de los inventos, igual que la que vio Rafa Mir en el epílogo del primer periodo por ir a un remate. Pero entre medias iba a llegar el primer gol para los forasteros. Un caramelo de los que suele poner Alex Telles lo cabeceaba a la red Óliver Torres de manera precisa.

El Sevilla incrementaba a partir de ahí aún más si cabe su dominio y debió dejar liquidado el litigio, pero no fue capaz de aprovechar algunos acercamientos por las bandas en los que se pedía el gol a gritos. Y como atrás no tiene la contundencia de antes, pues a un mal despeje de Rekik lo seguía otro aún peor del siempre fiable, con Koundé y Diego Carlos, Fernando. Sólo eso, tan poquito, servía para que Ramazani pusiera el empate y todo volviera a estar como al principio.

Con el dos a uno, Lopetegui no se tomó una pausa para pensar y se precipitó en unos cambios mucho más de cara a la galería

Ni siquiera otra llegada de Lamela y un pase final del Papu a Rafa Mir eran aprovechados y el Sevilla se iba al intermedio en paridad cuando lo había tenido todo a favor para haber dejado prácticamente sentenciado el choque. En fin, las cosas de la falta de calidad arriba y abajo, de no ser letales ante el gol y de dudar como Rekik…

Después llegaría la hecatombe. Bono se lució pronto en una falta de Samu Costa, Sadiq se fue de Rekik como si éste fuera un infantil contra un equipo de Primera División, aunque falló su remate, y a la tercera que el central holandés estaba mal colocado llegaba el 2-1. Desde ahí comenzaba la locura de los cambios, Lopetegui moría por su impaciencia y estaba siempre mucho más cerca el 3-1 definitivo que el 2-2. Eso sí, En-Nesyri, Rafa Mir y Delaney tuvieron algunos remates para empatar, pero la igualada no llegó.

Y un último apunte respecto al modelo de negocio. El Almería, la Unión Deportiva Almería, con un consejero árabe que habla en el principio del encuentro reconociendo que quiere vender hasta al apuntador, tiene muchos más futbolistas para sacarle plusvalías que el Sevilla en su plantilla. Infinitamente, además. Pero no se crispen, queda mucho por delante, cabe esperar que para mejor, porque perder más es doloroso para los sevillistas, incluso para quienes cobran del Sevilla FC SAD.

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