El partido del Sevilla | Análisis

Lopetegui y su cuarteto para ronditos letales

  • El entrenador sacó de la banda a Rony Lopes para acompañar a Dabbur, y tanto Munir como Nolito se metieron también por dentro para juguetear con el rival a base de permutas y paredes

Munir celebra uno de los goles con Dabbur y Escudero.

Munir celebra uno de los goles con Dabbur y Escudero. / Julien Warnand (Efe)

Pareció facilísimo porque así lo hizo el Sevilla en la primera parte, facilísimo. Pero el Dudelange, siendo un equipo muy limitado, no va regalando goleadas a cualquiera que tenga enfrente. Y menos en un campo blando, irregular, embarrado, al que los visitantes pueden cogerle asco a poco que en un giro pierdan el equilibrio y teman por una inoportuna torcedura de tobillo. Pero el Sevilla repitió el ejercicio de intensidad de Bakú, ante el Qarabag, hasta el punto de prescindir de la segunda parte, asumir los mínimos riesgos físicos tras el descanso y dejar que los minutos corrieran.

No se abrió ni la posibilidad de que el Dudelange se enrabietara y sacara el hacha, ya que, con 0-5, los luxemburgueses aprovecharon la relajación sevillista para hacer dos goles y con ello se fueron satisfechos a las duchas.

Defensa

En la primera parte, una aproximación de Stolz por la izquierda fue toda la producción ofensiva del Dudelange. Y sobrevino al principio. En cuanto Óliver Torres empezó a repartir balones a su alrededor y los hombres más adelantados robaban y robaban los balones en las tímidas y desorganizadas salidas de los locales, tanto Pozo como Escudero dieron el paso adelante.

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Tal fue la superioridad sevillista en la primera mitad, tan aplastante, que se bastó para mantener atrás a los dos centrales, Gudelj y Sergi Gómez.

En el minuto 51, con la entrada de De Jong por Nolito y Franco Vázquez por Óliver Torres, el Sevilla empezó a perder ritmo por las pérdidas del argentino. Ya en el 61, Fernando entró por Joan Jordán para soltar piernas cara al derbi y se vio que el brasileño no iba a arriesgar lo mínimo al permitir la nueva penetración de Bernier por la izquierda. Pozo tuvo problemas para sujetar al rápido extremo, que conectó con el mejor hombre local, el punta Sinani.

Ataque

Rony Lopes actuó de segundo punta, por detrás de Dabbur, con Munir a la derecha y Nolito a la izquierda. Con los laterales, Pozo y Escudero, muy arriba, tanto Munir como Nolito se metieron por dentro y junto a los dos puntas activaron un carrusel de permutas, desmarques, paredes y triangulaciones que jamás detectaron los limitados defensas del Dudelange.

Dabbur confirmó que domina el espacio corto, halla recovecos en el área a pesar de que esté poblada. Como la anticipación a las intenciones sevillistas fue nula por parte de la zaga ayer de blanco, los fuegos eran constantes. Esa situación tan propicia no se va a dar en la Liga, por supuesto que no, pero también había que tener pericia, habilidad y recursos para manejar la pelota en esos espacios tan reducidos y en un terreno de juego tan irregular.

Con De Jong por Nolito, Dabbur se fue a la izquierda para seguir buscando el área desde allí, como Munir desde la derecha. Rony bajó su nivel físico, ya faltaba el surtidor de Óliver más atrás y el Sevilla dijo basta.

Virtudes

Avasalló con su fútbol de rondos en un piso poco propicio.

Talón de Aquiles

Esa relajación final.

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