Derbi Sevilla-Betis

Toda la pasión del día, para el césped

  • Sevilla y Betis se miden en el Ramón Sánchez-Pizjuán en un derbi en el que los blancos arriban con la teórica ventaja de su mejor clasificación

  • Andre Silva no llega en los sevillistas mientras que Canales es la principal incógnita en los béticos

El guardameta checo Vaclik se ejercita en el Ramón Sánchez-Pizjuán con la grada llena de público.

El guardameta checo Vaclik se ejercita en el Ramón Sánchez-Pizjuán con la grada llena de público. / José Ángel García

Sabado de Pasión, vísperas de la semana grande en esta bendita ciudad que responde por Sevilla y plato grande en el fútbol. El calendario asimétrico ideado por LaLiga quiso que Sevilla Fútbol Club y Real Betis Balompié tuvieran que dirimir sus cuitas particulares en una fecha tan señalada.

Afortunadamente para quienes no nacieron aquí y no son seguidores de uno u otro equipo, ambos están fuera de la Liga Europa y todo se pudo programar para el sábado y no para el domingo. Porque no se puede ni imaginar que ni uno solo de los sevillistas o de los béticos no hubiera querido jugar el pasado jueves y el próximo.

Este Sevilla-Betis es el número 130 de los oficiales entre los dos grandes rivales

Son las cosas de este fútbol tan mercantilizado y carente de toda lógica, pero lo cierto es que para esta noche, así que sean las nueve menos cuarto, está programado en el Ramón Sánchez-Pizjuán este Sevilla-Betis, el derbi número 130 de los disputados oficialmente por las dos entidades que acaparan las pasiones de todos los sevillanos aficionados a este deporte que consiste en darle pataditas a un balón redondo para meter un gol más que el que está enfrente.

Ésa es la única verdad irrefutable del fútbol, que hay que meter un gol más de los que haga el adversario, y todo lo demás pertenece al reino del bla, bla, bla. Porque la forma en la que ésta se consiga sólo cabe ser analizada por los aficionados y también por quienes fuimos agraciados con esta profesión de poder comentar lo que acontece alrededor del tema principal.

Son los debates que se generan, pero lo único trascendente al final será lo que consigne en el acta oficial el canario Hernández Hernández, el único actor principal que tiene carácter de exógeno y que se estrena en este tipo de partidos a pesar de que ya es un hombre experto.

Tanto que ambas escuadras pueden apelar a malas experiencias con él como juez. La última fue la expulsión del Mudo Vázquez en Leganés en el descanso en el bando nervionense, pero también en el heliopolitano todos recordarán, sin duda, aquel escándalo perpetrado en Ponferrada en un partido en los tiempos de la Segunda División.

Pero conviene no desviarse por las ramas y sí seguir instalado en ese tronco que tiene que ver con el punto de vista más resultadista. Lo único que valdrá será quien sea capaz de ganar al otro, no tanto el método para conseguirlo por mucho que se suponga que en ambos banquillos hay dos adalides de las dos ideas más diferentes que se pueden dar.

Pero hasta Jon Pascua, uno de los ayudantes más destacados de Quique Setién, el hombre que dirige al Betis y que pregona el gusto por el buen juego, lo proclamaba con rotundidad en un tuit que ilustraba con Pau López parándole el penalti a Cazorla.

Más o menos, decía el vasco que todo se queda en el resultado final a pesar de los numerosos conceptos loables que se dan durante la semana entre los profesionales que se encargan de defender los colores de todas las escuadras que en el fútbol son. En la teoría, sólo en la teoría, que la práctica muchas veces se encarga de desmentir cualquier idea preconcebida, se topan un equipo dirigido por Joaquín Caparrós, el mejor ejemplo posible del pragmatismo, con otro que tiene a este Setién al que en el párrafo anterior ya se aludía como el profeta de la posesión del balón y del buen gusto.

Con Caparrós al mando, el Sevillla tratará de apretarle al Betis muy arriba para que éste se sienta incómodo y robar en zonas delicadas

Conceptos ambos que son iguales de válidos si están bien trabajados y que al final sólo servirán si los suyos salen del campo con la sonrisa de oreja a oreja. Es lo único que tendrá importancia para esos aficionados que podrán salir por las calles de la ciudad en el Domingo de Ramos con su rostro como si fuera uno de esos emoticonos risueños o, por el contrario, tendrán que aguantar todo tipo de bromas por parte de quienes, simplemente, no sienten como ellos en este aspecto tan banal, y tan importante, que tiene que ver con un sentimiento irracional e inexplicable.

Guardado le da un toque en la frente a Joaquín tras incorporarse algo más tarde al entrenamiento el portuense. Guardado le da un toque en la frente a Joaquín tras incorporarse algo más tarde al entrenamiento el portuense.

Guardado le da un toque en la frente a Joaquín tras incorporarse algo más tarde al entrenamiento el portuense. / Juan Carlos Muñoz

Hasta aquí la presentación del espectáculo antes de entrar a valorar lo mucho que hay en juego y los 22 protagonistas que defenderán las camisetas blanca y verdiblanca, si no hay nada relacionado con el márketing que sorprenda en este sentido. Para empezar, en lo puramente numérico, el Sevilla llega clasificado en la quinta posición de la Liga y tiene 49 puntos en las 31 jornadas que se llevan disputadas hasta hoy. El Betis arriba con seis puntos menos, 43, y ocupa la novena plaza. También en este repaso de las cifras destaca que los nervionenses tienen 51 goles a favor, sólo superados en eso por Barcelona y Real Madrid, mientras que los heliopolitanos se sitúan en 36, una cantidad discreta para un equipo pretendidamente alegre y ofensivo. Tal vez ahí resida una explicación de la diferencia en la clasificación, pues los goles recibidos son relativamente parejos, 37 para los anfitriones de esta noche, 40 para los visitantes.

El Sevilla, además, viene tras un cambio de entrenador que alteró, siquiera algo, la dinámica descendente que llevaba después de una primera vuelta espectacular. Lleva dos victorias consecutivas y un total de tres de cuatro triunfos con Caparrós. El Betis recuperó el pasado domingo el paso con el 2-1 sobre el Villarreal que rompió una mala racha que condujo a un debate agrio en torno a la figura de Setién.

Setién no alterará para nada su plan, pero ya se vio contra el Villarreal que los béticos intentaron llegar al área rival con más velocidad

Los dos, por tanto, se presentan después de ganar y eso siempre conlleva cierto aura de optimismo antes de que el balón eche a rodar. Mejor así, sin duda. Y quiénes serán los encargados de mover esa pelota para tratar de prolongar las rachas triunfadoras. En el Sevilla no parece que vaya a existir ningún problema físico para que Caparrós pueda conformar al equipo inicial que a él más le gusta. Cabe suponer que Vaclik estará recuperado para la portería y que Banega también pese a su descanso entre la semana. Quien no llegará, como reconoció el propio Caparrós ayer, es Andre Silva. En el Betis, mientras, todas las miradas se dirigen hacia Canales por ese tobillo que lo obligó a ser sustituido ante el Villarreal con evidentes gestos de dolor. Todo dependerá del riesgo que quieran correr los protagonistas, incluido por supuesto el cántabro, pero parece que finalmente el reciente internacional español debe estar entre los once hombres de partida.

Será, pues, un derbi con los mejores por parte y parte y ya todo dependerá de ellos, de controlar las emociones, de jugar al fútbol y, sobre todo, de marcar un gol más que el que viste de otra manera. No hay otra, ni este derbi número 130 ni en ninguno de los anteriores ni en los que vendrán. Lo único importante en esta pasión, sea sábado, domingo, miércoles o jueves, es ganar y nada más.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios