Un duelo de altura por la confortabilidad

Cuando aparecen sucesos como el de esta noche en Nervión se recrudece la nostalgia por el fútbol de toda la vida. El fútbol con la grada ejerciendo de Jugador número 12 en el empeño de llevar en volandas al equipo de sus amores. Y es que esta noche en el coliseo de Dato, con las gradas desiertas por culpa de este tiempo de pandemia y de crujir de dientes, aparecerá por la bocana de vestuarios el Chelsea, ni más ni menos.

Tercera comparecencia del club londinense en Sevilla y primera en el rodeo donde se desarrollarán los autos de esta noche de pleno Adviento. Un triunfo y una derrota al otro lado de la ciudad es el recorrido de los blues, por lo que tiene el Sevilla la oportunidad de decantar la estadística a nuestro favor. Y como el equipo sevillista está capacitado para ganarle a cualquiera, según hagiógrafos y gente de bien, pues por qué vamos a dudar de que las cosas sean así.

Es que, además, los números del grupo, Grupo E de Champions, indican nítidamente que sólo Chelsea y Sevilla tienen algo que decir. Como comparsas Rennes y Krasnodar y ya clasificados ambos rivales de hoy, el objetivo ahora es pasar como cabeza de serie a la fase de eliminaciones. Y en esta penúltima fecha de la liguilla, el empate favorecería a los ingleses por la cosa del favor-contra, por lo que el objetivo de la tropa de Lopetegui no puede ser otro que hacer un gol más.

Llega el Chelsea con un día menos de descanso, pero eso no es importante... mayormente cuando le ocurre al rival. Es eso peccata minuta en este fútbol preñado de vértigo por un calendario diabólico y que parece obra del enemigo. Y con el pesar de unas gradas vacías, la expectación se corresponde con la realidad de los dos grandes del grupo peleando a una sola bala por estar en zona más confortable de la que disfrutan. Sevilla-Chelsea, segundos fuera, no va más, se juega.