El falaz 'frame' manda en el fútbol: del penalti de Nianzou a los de Peque y Azpilicueta

El arbitraje de hogaño, supuestamente protegido por el VAR, castiga el accidente y obvia la intencionalidad

Nianzou o el eterno Peter Pan de este Sevilla en precario

Azpilicueta roza lo justo la pierna de Nico González impidiendo que remate a portería.
Azpilicueta roza lo justo la pierna de Nico González impidiendo que remate a portería. / DAZN

Vaya por delante, como pliego de descargos frente al que interprete esta tesis contra los nuevos criterios arbitrales como sesgada parcialidad, que el Sevilla mereció ser goleado por el Atlético. Y goleado ya en la primera mitad, en contra del análisis exculpatorio de Matías Almeyda, quien sigue sin ver que su equipo no genera nada y está al pairo de los accidentes que se producen en un partido, como el penalti de Nianzou en una jugada confusa. Aquí simplemente se trata de decir en voz alta que el fútbol de hogaño ha quedado devorado por el falaz frame del VAR. Congelar la imagen vale más que aplicar el declinante criterio del otrora juez único.

En el Atlético de Madrid-Sevilla se vio una nueva versión más feble del equipo de Almeyda: ha virado hacia un fútbol combinativo pero sin llegada que recuerda más al de García Pimienta que al del inicio de curso. Mal asunto. Pero el partido quedó decantado por un nuevo penalti en contra del Sevilla, el equipo al que más le han pitado, cinco, con más de una jugada gris en la que el VAR bajó el pulgar. Ay, aquella mentira de que el VAR no entraría en los grises.

El momento del doble impacto entre Nianzou y Giménez que fue decretado como penalti.
El momento del doble impacto entre Nianzou y Giménez que fue decretado como penalti. / DAZN

Esta minitesis, además, pretende defender a esa generación en la que la intencionalidad era clave porque si había mala intención te ibas de bruces contra el áspero albero, el duro granito de los adoquines o el abrasivo asfalto de las calles. En el mejor caso, el suave terrazo de los patios de colegios. A esa generación le están robando su visión del fútbol como un deporte de verdad, de contacto y accidentes, en el que el engaño y lo falaz no tenían sitio. Ahora se premia el engaño, se castiga el accidente y se considera accidental la intencionalidad.

La jurisprudencia del penalti de Lamine a Vinícius

El summum de esta traición al fútbol de siempre fue que el Comité Técnico de Árbitros ratificara que en el penalti de Lamine Yamal a Vinícius fue el madridista el que golpeó al barcelonista. Claro, hombre, si interpones tu pie en el arco de disparo de la pierna del rival y evitas el gol qué menos que te lleves tú el patadón... En fin.

Como a Nianzou no lo protege nadie en su cándido intento de despeje, romperé una lanza a su favor. ¿Qué querían que hiciera en el área ante un balón suelto y sin propietario? ¿Quedarse mirando con su cara de pánfilo colegial? Pues no. El hombre, aún joven a sus 23 años, está tocado por el infortunio. Mala cosa.

El accidental penalti de Nianzou

Sorloth tocó el balón lo justo para que su intento de despeje fuera una patada al aire sin intención de impactar en Giménez. Que el impacto no fue frontal -"no es un impacto seco porque va hacia el balón", dice el árbitro en el VAR- ya que fue un rocetón accidental que le hizo bastante daño al central atlético, como daño le hizo éste a Nianzou en su intento de remate: el único impacto frontal fue el que desequilibró a Giménez, al dar con su rodilla en el muslo del sevillista. Un choque fortuito. Una jugada accidental. Penalti claro al entender de todos los analistas. La imagen congelada del frame no ofrece duda... ni a los sevillistas.

Hasta Almeyda -"dentro del área es complicado tirarse a los pies y se sabe"- hasta el ahora comentarista Monchi -"tiene que temporizar un poco más porque está dentro del área"- dejaron solo a Nianzou. ¿Qué habrían dicho si hubiese hecho el Don Tancredo en un balón suelto en el área y Sorloth o Giménez hubiesen marcado gol?

El penaltito de Álex Baena a Peque

Luego está el frame del penalti que pidió en el minuto 49 Peque, junto a otros sevillistas, cuando Álex Baena, llegando desde atrás y sin tener ganada la posición, interpuso su pie para evitar que el menudo atacante controlara o rematara a puerta. Ahí sí hubo intencionalidad -la intención de evitar su remate más que de derribarlo- pero se consideró por los árbitros y los comentaristas que el golpe no fue suficiente para ser punible. Vale. De acuerdo.

Álex Baena interpone su pie en el intento de remate de Peque (minuto 49').
Álex Baena interpone su pie en el intento de remate de Peque (minuto 49'). / DAZN

Y el penalti de Azpilicueta a Nico González

¿Y la jugada del minuto 45 de Azpilicueta y Nico González? He aquí la constatación de que la intencionalidad ha sucumbido al accidente con la colaboración necesaria del falaz frame que manda en el fútbol de hogaño. El sevillista llega muy por detrás y mete el pie de forma temeraria cuando el atlético ya está armando la pierna para disparar. Pero tiene tan difícil llegar al balón que lo único que logra es lo que quiere: impedir el disparo tocando su pierna.

"Da con la bota en el césped", dijo Monchi. Claro, porque justo antes la bota de Azpilicueta rozó lo justo la pierna izquierda del argentino desviando su trayectoria. ¡Penalti! Ahí el frame, la definitiva prueba de cargo del neofútbol, pasó desapercibido. Pero la intención era clara y logró lo que quería. El accidente del aprendiz Nianzou fue castigado y la intención del experto jugador exatlético quedó impune: fútbol moderno. Cómo echamos de menos algunos aquel fútbol sin medias verdades ni falaces frames...

Post scriptum: Si de lo que se trata es de cuidar de la salud de los jugadores y que ningún Giménez se lleve un gañafón por roce de los tacos de un Nianzou en lugar de ver si un Azpilicueta impide el gol de un Nico González que pongan médicos traumatólogos en lugar de árbitros de fútbol. FÚTBOL.

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