Sevilla-Atlético

La importancia de ganar los duelos

Acuña, clave en la mejoría en ataque, sale de un regate.

Acuña, clave en la mejoría en ataque, sale de un regate. / Juan Carlos Vázquez

Este Sevilla es otro y las razones se encuentran en la pareja de delanteros, pero más que nada en el corazón que le pone a todo Isaac Romero, el brazo del que está tirando el Sevilla para salir del fango. Su agresividad, junto a un hombre que ya presionaba aunque en otros registros, es lo que ha llevado al conjunto que entrena Quique a ser más competitivo, lo que es ya suficiente ventaja con la cuarta plantilla más cara de la Liga.

El Sevilla ganó el 57% de los duelos al Atlético, ¡al Atlético de Simeone! Eso es una barbaridad y ahí está el quid de la cuestión. En ese péndulo que los gestores han convertido en el último año y medio la identidad futbolística del equipo, ahora estamos en el punto en el que lo dejó Mendilibar: apretar arriba, adelantar el bloque y defender hacia delante... Pero todo tiene su tiempo y otro cambio de filosofía no es posible llevarla a la práctica en menos de dos meses. Es un tiempo récord para acabar con los vicios de darle más importancia al juego de posesión y a querer sacar el balón limpio desde atrás, esa idea romántica que sirvió de frenazo con Sampaoli y con Diego Alonso. El fútbol de ley ha vuelto y para ello ha sido clave que Quique encontrara a las piezas fundamentales para ello: sobre todo un estandarte como Isaac.

Defensa

Todo empieza arriba, en el trabajo de esa pareja que se vacía en cada duelo. Ayer restó Quique una pieza defensiva con respecto al partido de Vallecas con la lesión de Agoumé, por el que entró un jugador más de tener la pelota como Óliver Torres, pero el colectivo equilibró la balanza y el Sevilla mejoró al tener más claridad del centro del campo hacia delante.

Funcionó el invento de variar de esquema del pasado lunes según el equipo estuviera en fase ofensiva y defensiva y el Atlético no estuvo cómodo. Incluso ante los de Simeone era más justificado, pues la pareja Acuña-Ocampos podía así contener mejor las subidas de Llorente cuando el rival atacaba.

Sólo en la segunda parte el Cholo buscó la espalda de los centrales sabiendo que son lentos y empezó a tocar atrás para atraer la presión. Y Badé sufrió en alguna.

Ataque

La función de Acuña, un jugador que cuando está bien tiene personalidad, canalizó desde el lateral muchos ataques de los blancos. El argentino se asoció bien con Óliver y a los espacios el Sevilla hizo daño. En la posición que tiene el equipo ahora no le beneficia dominar sino ser dominado. Isaac y En-Nesyri son delanteros potentes al espacio, a lo que se une un Ocampos que tiene su especialidad también en ese tipo de juego. Y ante la falta de que Jesús Navas sume desde la derecha, el protagonismo de Acuña fue clave en la primera mitad.

El sevillismo disfrutó de los mejores minutos de la temporada, con ocasiones muy claras para haberse ido al descanso con un 2-0 como mínimo. En la segunda mitad el juego fue más práctico. Hubo menos hacia delante.

Virtudes

El grupo ha entendido cuál tiene que ser la fórmula. Intensidad.

Talón de Aquiles

Todavía hay lentitud atrás con espacios. Eso hay que vigilarlo porque los rivales lo buscan.

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