La inacción de Lopetegui antecedió a los regalos
El partido del Sevilla FC | Análisis
No hubo respuesta táctica cuando Mendilibar movió ficha con Escalante, De Blasis y el paso adelante
Difícil recordar un suicidio similar al del Sevilla en Ipurua. Koundé cambió el rumbo del partido por su triple fallo en una sola jugada –pérdida en pase arriesgado, despeje al aire y metedura de pata en el penalti a Orellana–, Vaclik y en menor medida Diego Carlos lo empeoraron por su falta de entendimiento y el broche llegó por esa barrera de dos hombres en el 3-2, pero en el vuelco del partido también tuvo mucho que ver la falta de reacción de los blancos, principalmente de Lopetegui, cuando su equipo se quedó sin salida y el Eibar lo fue atornillando atrás de forma gradual. El preparador sevillista tiene un partido metido en su cabeza y le cuesta maniobrar luego cuando hay que tomar decisiones sobre la marcha. Tan bien le salió ese plan en la primera parte...
Defensa
Un aspecto del juego defensivo que hay que manejar muy bien en Ipurua es la presión de los armeros tras el rechace de un balón largo. Y ahí, los de blanco fueron muy fiables en la primera parte. Tanto por la orientación de los despejes, como por el manejo de los centrocampistas a la hora de recibir de espaldas y salir del apuro con buenas líneas de pase.
Pero todo empezó a virar cuando Mendilibar detectó en el tramo final de la primera parte que la zona blanda del Sevilla estaba a la espalda de Escudero. Metió por la derecha a De Blasis, que entró por Ramis, reubicó a Arbilla como central –aun con amarilla echó del partido a Munir a porrazos– y como Escalante ya había equilibrado la batalla en la medular al relevar a un inoperante Inui, el Eibar empezó a ganar metros. En esa fase, el Sevilla debió responder con alguna salida desde atrás que intimidara al rival. No lo hizo y, de tanto percutir el Eibar, Carriço se rompió. Y con él, toda la defensa.
Ataque
El plan ofensivo duró 45 minutos. Fueron imponentes, eso sí. Defensas y medios tocaron en corto invitando al Eibar a salir. Y con el timing perfecto para lanzar luego al espacio a Ocampos, Munir u Óliver, el peligro llegó una y otra vez. Tras el descanso, Fernando y sobre todo Banega perdieron mucho gas, Lopetegui no movió ficha y cuando quiso hacerlo, la zaga había claudicado.
Virtudes
Magistral su forma de cazar al Eibar invitándolo a salir.
Talón de Aquiles
Demencial su forma de regalar el partido con fallos por doquier.
Los jugadores del Sevilla, uno a uno
Vaclik Vale que iba de cara, pero no vio que Diego Carlos ya no podía frenar y llegaba antes al balón. Luego, esa barrera de sólo dos hombres y tan mal situada...
Jesús Navas Cuando Orellana fue a buscarlo sufrió.
Diego Carlos Otra vez imperial en el perfil diestro, con la lesión de Carriço y su cambio al izquierdo todo el andamiaje se vino abajo. Debió ver a Vaclik salir.
Carriço Nada es casual, y si su músculo dijo basta, igual fue por las repetidas acometidas del Eibar en esa fase.
Escudero Un coladero.
Fernando De más a menos. Arrastrado por el decorado.
Joan Jordán Magistral su primera parte, ofreciéndose en corto y lanzando en largo a Ocampos. Peor cuando salió Escalante.
Banega Pedía un cambio a gritos ya desde el arranque de la segunda parte, con su trote cansino a ninguna parte.
Ocampos Fue una pesadilla en la primera mitad, pero con Arbilla más cerca y sin pases desde atrás, se diluyó.
Munir Mereció un gol antes del descanso por sus movimientos y prolongaciones.
Óliver Torres Parece que no es rápido, pero rompe. Y ayer, hasta marcó.
Koundé La peor acción defensiva de esta Liga es suya.
Gudelj Poco hizo por sujetar lo que se derrumbaba.
Pozo Todo muy en contra ya.
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