El Sevilla de Julen Lopetegui disputa el jueves un partido que puede darle la clasificación matemática para los dieciseisavos de final de la UEFA Europa League en Luxemburgo ante un rival casi desconocido, pero que a la vez es un encuentro histórico para la entidad, puesto que el club nervionense llegará a los 200 partidos en competición europea, algo impensable hace ahora 62 años cuando tuvo su debut ante el Benfica o en los ya también lejanos años ochenta, cuando la clasificación para la Copa de la UEFA era un éxito que se consideraba un premio para la afición.

Hoy, el Sevilla es uno de los equipos más respetados en Europa, tiene uno de los mayores coeficientes UEFA, guarda en sus vitrinas hasta seis títulos continentales aparte de dos galardones al mejor equipo del mundo a nivel estadístico y se prepara para acoger en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán su segunda final europea en la próxima temporada.

Por ello, el Dudelange-Sevilla de pasado mañana tiene detrás mucha historia, sobre todo la vivida por una generación de sevillistas que ha visto en este siglo llegar mucha plata a la ciudad y a su equipo jugar finales.

El Sevilla cumple en la presente campaña su decimoquinta participación en torneos continentales de los últimos dieciséis años, haciendo una costumbre de lo que décadas atrás era un éxito y un objetivo muchas veces inalcanzable en cada temporada.

Acumula en total 136 encuentros en Copa de la UEFA o en su actual denominación, UEFA Europa League; 52 en la Copa de Europa o Liga de Campeones, 5 de Supercopa de Europa, 4 de la extinta Copa de Ferias y 2 en la Recopa.

Y en lo que se refiere a resultados, el Sevilla no ha salido para nada mal parado de sus presencias en partidos internacionales, pues ha firmado 107 victorias, 41 empates y 51 derrotas.

Pero sin lugar a dudas, las finales y los títulos constituyen los mejores hitos en la historia europea del Sevilla. La final de Eindhoven fue la explosión con la que empezó todo, un 4-0 al Middlesbrough que abría un camino inacabable. Era mayo de 2006, pero después llegarían más titulos. La Supercopa de Europa ese mismo año ante el Barcelona en Mónaco (0-3), la segunda Copa de la UEFA en Glasgow al año siguiente ante el Espanyol, con la final más triste meses después, la Supercopa perdida ante el Milan con Puerta recientemente fallecido.

Fueron momentos inimaginables para la afición los que llegaron de la mano de aquel equipo de ensueño que dirigía Juande Ramos. Palop, héroe en Glasgow y Donetks con su gol de cabeza, Daniel Alves, Javi Navarro, Maresca, Kanoute, Jesús Navas, Luis Fabiano, Adriano...

Después vendrían años de partidos de más glamour en la Champions, con Juande primero y con Jiménez después, antes de la llegada de Unai Emery, el técnico con el que el Sevilla volvería a alcanzar la gloria con tres títulos consecutivos en Turín, en Varsovia y en Basilea ante Benfica, Dnipro y Liverpool (años 2014, 2015 y 2016).Finales de Supercopa en Cardiff, en Tiflis y en Trondheim que no cayeron del lado sevillista ante Real Madrid y Barcelona.

Partidos inolvidables ante rivales como el Manchester City, la Juventus o el Manchester United, a quien el Sevilla eliminó en Old Trafford con dos goles de Ben Yedder. Enemigos de enjundia como el Bayern Múnich, el Liverpool, Borussia Dortmund, a quien también ganó en su estadio...

Un sinfín de fechas y recuerdos que dejaron en anécdotas aquellos momentos que el sevillismo tenía como sagrados, los goles de Suker al Olympiacos o al Botev Plovdiv o el 4-0 al Paok de Salónica unos años antes con Pintinho en plan estrella.

El Sevilla sigue engrandeciendo su leyenda europea, una historia que empezó en la Copa de Europa de 1957 ante el Benfica y que a partir del jueves será bicentenaria.