Todo está encauzado, bien encauzado habría que decir, pero eso no significa que sea tan fácil como parece. Jesús Navas y el Sevilla, el Sevilla y Jesús Navas, están condenados a entenderse. El deseo del club y el del jugador coinciden en el esperado reencuentro, con el que ya se venía especulando desde hacía dos veranos atrás. El contrato de alto nivel que mantenía en la Premier League impidió que se diera ante el reencuentro y ahora que el palaciego ha recitado su epílogo con el Manchester City, y una vez que el club inglés hizo oficial su definitivo adiós el pasado jueves al terminar la vigencia de su contrato que firmó cuatro años atrás, llega el momento de que se aceleren los pasos para poner por escrito el deseo de ambas partes. Y esto, contractualmente, no es tan sencillo.

Aunque todo parece indicar que habrá entente, hay que perfilar mucho aún

En Nervión cuentan con la fortísima baza de que Jesús Navas, como ya dijo antes de irse, sólo quiere volver a vestir la camiseta del Sevilla una vez que se probase en un reto como el que ha vivido en Inglaterra, donde, además de tres títulos (la Premier League en 2014 y la Copa de la Liga en 2014 y 2016), ha ganado bastante dinero. Pero es normal que su padre y su agencia de representación, Bahía Internacional, quieran negociar con calma el último gran contrato de un futbolista que, a sus 31 años -el 21 de noviembre serán 32- y gracias a su portentoso físico, tiene la mezcla perfecta de experiencia, madurez competitiva y recorrido futbolístico para seguir rindiendo varios años en el fútbol de élite. Es decir, que mercado sigue teniendo y seguramente las ofertas que hayan llegado a Bahía Internacional serán un arma negociadora de la otra parte interesada.

En principio, el extremo, que fue traspasado al City en julio de 2013 por unos 20 millones (los bonus son los que redondean la cifra), está ante un contrato por tres temporadas y al firmar como agente libre tiene derecho a una prima de fichaje. Que se prorratee a lo largo de los tres años de duración del contrato o que se reduzca para ser cobrada ahora puede ser uno de los caballos de batalla de la negociación. La nómina anual será otra. Jesús Navas sale de un club que paga unas fichas muy elevadas, un equipo que ha estado compitiendo por despuntar en la Champions y por ganar la Premier League, con el fuerte respaldo económico que tienen los clubes ingleses, a lo que hay que añadir la pujanza económica de la entidad cityzen desde el desembarco en la misma del jeque Al-Nahyan al frente del Abu Dhabi United Group for Development and Investment. Para contrarrestar la enorme diferencia entre lo que cobraba Jesús Navas en el City y los topes salariales que tiene el Sevilla está el deseo inquebrantable del jugador de volver a ponerse la camiseta blanquirroja.

Con todo, el comité ejecutivo del club tiene que hilar fino para negociar y redactar el contrato cuando se siente de nuevo, tras las primeras conversaciones, con los agentes de Bahía Internacional, que lógicamente querrán defender de la mejor forma los derechos económicos de su representado. No es descartable la fórmula de bonus por rendimiento en un jugador que ha disputado una media de 45 partidos oficiales por temporada.

El palaciego llegó a disputar 183 citas entre distintas competiciones en su etapa en el City, 123 de las cuales fueron en la Premier League, haciendo 8 goles y 4, respectivamente, y dando 39 asistencias de gol en total y 25 en la Premier.

En la última temporada, y pese al cambio de entrenador, Jesús Navas mantuvo su regularidad, aunque bajó el número de partidos: 36 en total y 24 de Liga. Pese a ese escalón a la baja en sus apariciones, mejoró en su madurez táctica al ser ubicado por Pep Guardiola como lateral derecho. Hasta cuatro veces lo hizo en la Premier (en abril, ante Arsenal, Chelsea, Hull City y Southampton) y en la semifinal de la FA Cup ante el Arsenal, jugando hasta la prórroga. Y esto ilustra sobre su momento de madurez.