Sevilla FC

El mercado de verano más complicado para Monchi

Monchi parece pedir paciencia en una rueda de prensa en el estadio.

Monchi parece pedir paciencia en una rueda de prensa en el estadio. / Antonio Pizarro

Las grandes revoluciones que ha realizado Monchi desde que está al frente de la dirección deportiva del Sevilla siempre se asentaron sobre importantes traspasos que levantaron ampollas en la afición. Ahora las suspicacias son otras que las de antaño, pues se discute ya hasta el precio de salida y la precipitación en la negociación, como si el Sevilla fuera nuevo en esto. Claro que hogaño tienen mucho más peso los debates en las redes sociales, que apenas existían en 2005 y que aún eran embrionarios en 2013. En 2016 y 2019 sí que se hicieron oír las críticas ya en las diferentes plataformas digitales. Ahora, Monchi afronta su quinta revolución ante el posiblemente verano más complejo, por varias circunstancias del peso. El ruido crecerá.

Como en un resorte cronológico inconsciente, el Sevilla afronta en 2022 una nueva revolución, siguiendo su periodicidad trienal desde la de 2013. Entonces, el club presidido por José María del Nido aún, tuvo que afrontar una importante crisis económica y lo primero que hizo fue traspasar a Jesús Navas y a Negredo, también a Medel, Luis Alberto, Kondogbia, que pagó su cláusula de rescisión...

Al año siguiente empezaría el ciclo glorioso con Unai Emery, con el éxito de Turín. En 2016 fue el traspaso de Gameiro al Atlético de Madrid, antes de fichar a Jorge Sampaoli y hacerle una plantilla acorde a su estilo de juego, de más posesión del balón que el del guipuzcoano. Fue una revolución sobrevenida por la fuga de Emery al PSG, no como la de 2019.

En la última revolución, la de las ventas de Ben Yedder y Sarabia, Monchi, de regreso en el Sevilla desde abril de aquel año, había tenido tiempo para imaginar su cuadro, de la mano de Lopetegui y con la necesidad de dar salida a mucho excedente de fichas de las planificaciones anteriores y también muchas caras nuevas, que son las que ahora el propio director deportivo tiene que reordenar para dar entrada a savia nueva en pos de la necesaria remodelación de la plantilla.

La primera dificultad atiende a la elevada edad de una plantilla envejecida en estos tres años desde el regreso del isleño. Diez jugadores tienen 30 años o más: Tecatito (29), Lamela, Dimitrovic Gudelj, Acuña, Delaney (todos con 30), Bono (31), Rakitic (34), Papu Gómez (34), Fernando (34) y Jesús Navas (36). Y esto es un problema para sacar plusvalía por ventas ahora que el club ha anunciado que está obligado a recuperar su modelo de vender para crecer, tras dos años sin apenas ventas. "Los que quieren comprar no son tontos y saben que Diego Carlos tiene 29 años", dijo Castro al justificar su traspaso por algo más de 31 millones de euros. He ahí el mejor ejemplo.

Monchi es consciente de que la plantilla del Sevilla necesita otra profunda remodelación. Pero no le será sencillo darles salida a muchos de los futbolistas que no tienen cabida y hay que recordar que hay futbolistas que vuelven tras cesiones más o menos fructíferas. La más prolífica ha sido la del joven Pozo, que deja tres millones en las arcas. Y De Jong podría suponer otro pico si el PSV demuestra con una oferta formal su interés en repatriarlo. Casos distintos serán los de Rony Lopes, Óscar o Idrissi.

"Vaticino que va a ser un verano muy estratégico, habrá que tener mucha paciencia, no precipitarnos en la toma de decisiones, porque la economía del club no anda muy boyante, llevamos dos años sin grandes ventas y este club se sustenta mucho de las ventas", aseguró Monchi en su balance tras la clasificación para la Champions.

El Sevilla cuenta con el as en la manga de Koundé, un futbolista que sí cumple con el perfil que ahora quiere recuperar la dirección deportiva: joven con proyección que toma valor real rindiendo en el Sevilla. Su previsible traspaso al Chelsea, club del que desde Inglaterra anuncian que vendrá de verdad por el francés, supondrá un récord en la historia del Sevilla, que querrá sacar por encima de los 60 millones por él, tras rechazar la oferta de 55 del City en 2020 y de 50 del propio Chelsea en 2021.

Tras dos años de pandemia, con un mercado a la baja que condicionó la continuidad y el envejecimiento de la plantilla, llega la hora de la vuelta a la normalidad, de las grandes decisiones. El Sevilla rechazó ofertas y ahora se ha visto obligado a dar luz verde al traspaso de Diego Carlos, una primera decisión que ya levantó ampollas. Y quedan más en la quinta revolución de Monchi. Será su verano más difícil desde 2005, aquel de las ventas de Julio Baptista y Sergio Ramos y las llegadas de Kanouté y Luis Fabiano.

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