El Gran Derbi
Martínez Munuera será el árbitro del derbi Sevilla-Betis
Sevilla FC - Granada CF
Es difícil frenar la ilusión de este grupo. No está dispuesta a parar la muchachada de Lopetegui en pos de unos objetivos cada vez más ambiciosos, puede decirse que incluso sin límites, pero eso sólo es posible si sube la escalera, como lo está haciendo, peldaño a peldaño. Normal que cada vez haya más ruido alrededor de este equipo porque además se lo ha merecido y, llegados a este punto, cualquiera sabe lo que puede pasar.
De momento, pasa prácticamente desapercibido que con un punto sumado hoy ante el Granada el Sevilla repetirá presencia en la UEFA Champions League, con todo lo que ello supone. Mantener fichas, poder rechazar ofertas, defender un estatus, poder acceder a un determinado mercado... nada de eso es posible sin que el objetivo marcado se cumpla y en eso el carrerón que se han marcado los de Lopetegui ha sido digno de elogiarse. Con una secuencia de 19 de 21 puntos posibles, o lo que es lo mismo, sólo un empate cedido en los últimos siete encuentros, la visita del Granada al Sánchez-Pizjuán ofrece la posibilidad de rizar el rizo con la esperanza de que a alguno de los grandes se le doble el tacón en su carrera por el título de Liga. No se está hablando de ganarlo, cosa harto complicada, pero en esa carrera una tercera plaza o hasta un subcampeonato significaría para la entidad dar un salto más ahora que los grandes han querido sacar pecho con un intento de escisión elitista que ha dejado negativamente retratados a sus ideólogos.
Un empate podría bastar para que el Sevilla fuera inalcanzable para la Real Sociedad, quinto y con el average particular perdido con los de Lopetegui, pero la victoria sería ya definitiva, puesto que antes de esta jornada son 17 puntos los que separan a unos de otros. Pero es que ni esa cuenta quiere Lopetegui que hagan en su presencia, pues significaría salirse de la única verdad que marca su idea de fútbol: ganar el próximo partido y no pensar en absolutamente nada más.
Y de eso, de ganar, Lopetegui entiende algo. Lo ha hecho en las tres últimas jornadas prácticamente sin mover su once y sin hacer cambios, lo que supone un desafío a todo lo que lleva reivindicando el técnico guipuzcoano toda la temporada. Sin embargo, demuestra que las diferentes competiciones desgastan y que la plantilla del Sevilla podría equipararse a la de cualquiera si no hubiera que diversificar esfuerzos.
Con la duda de si podrá estar sobre el campo Jules Koundé –siendo una baja importante– y alguno más que Lopetegui se calló, no tiene que limitar una hipotética ausencia las posibilidades de un equipo que aspira a cotas hermosísimas con un once que probablemente sufra cambios en una semana con tres partidos de exigencia. Puede ser una ocasión para que Rakitic vuelva al once después de dos encuentros en los que ha sido el primer y puede decirse que el único cambio, siempre por Suso, ya que el resto de sustituciones, rozando ya el minuto 90, cumplían otro papel bien distinto.
En esta nueva relación entre el fútbol y el periodismo en el que éste, definitivamente va a ciegas y lo acepta, el aficionado al final es el que lo sufre al ser el último en enterarse de todo. Anestesiado por las victorias cuando éstas llegan, digamos que estas cuestiones acaban dándole igual, una de las consecuencias de este nuevo orden que trajo la globalidad, que antes de multiplicar los canales de información los cercenó. Todo sea por una victoria, que al final es lo que realmente importa. O eso dicen...
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