La premisa de que al fútbol se juega en equipo

Almeyda logra imbuir su criterio de presión y verticalidad y sube al carro a cada vez más futbolistas

Así jugaron los futbolistas del Sevilla contra el Alavés: Dejaron en nada el error de Marcao

Isaac, Carmona, Suazo, Mendy y Agoumé se abrazan a Rubén Vargas tras su golazo. / Luis. Rico / Efe

En estos tiempos en los que se trata el fútbol como un espectáculo a mayor gloria de las individualidades -el odioso Balón de Oro-, Matías Almeyda está solidificando el Sevilla de la reconstrucción rescatando la premisa de que se trata de un deporte colectivo. El Sevilla logró un triunfo importantísimo por muchos factores, desde la confianza para el grupo hasta el alivio de la tensión heredada. Y también como refuerzo de la idea del entrenador argentino.

En Mendizorroza podría destacarse el golazo de Rubén Vargas o el toque de calidad de Alexis Sánchez; el liderazgo defensivo de Nianzou o la omnipresencia de Mendy; el oficio de Azpilicueta o la generosidad de Isaac... Pero destacó cómo el colectivo adaptó las ideas del técnico a las diferentes fases del partido. Con verticalidad y buena salida cuando fue a por el partido, con confianza para rehacerse del error de Marcao, con temple cuando se puso 1-2, y con capacidad de soportar los nervios y las embestidas del Alavés al final, sin dejarse encrespar por las decisiones arbitrales.

Defensa

Repitió defensa Almeyda con tres centrales y dos carrileros con tres cambios en el once: el debutante Vlachodimos por Nyland, Carmona por Juanlu y Suazo por Gudelj. Con sólo dos mediocampistas, Mendy y Agoumé, el Sevilla presionó hombre a hombre desde arriba, con salidas puntuales para buscar anticipaciones.

Un sólo fallo grosero hubo. Marcao dejó pasar un balón a su espalda y para corregirlo cometió un penalti absurdo. Pero todo el equipo se rehízo. Todos ayudaron tanto a la presión adelantada como en las ayudas cuando el Alavés obligaba a dar un paso atrás. Todos, incluso el veteranísimo Alexis Sánchez. Y Vlachodimos, salvo en el arreón de centros al final, fue casi un testigo de excepción del triunfo.

Ataque

El fútbol de ataque quedó definido en las tres jugadas más afiladas de la primera mitad: el mano a mano de Alfon con pase al espacio de Isaac; el gol de Rubén Vargas con su preciso disparo incluso trastabillado; y el gol anulado por fuera de juego a Rubén Vargas tras el magnífico pase al hueco de Marcao. De manoseo, lo justo y necesario. Sólo contemporizó algo ya con 1-2 en el marcador.

Elástico desde los carriles y también en la medular, atacó con muchos elementos cuando obligaba a recular al Alavés. Hasta con siete, sumando los que se situaban en la corona del área para segundas jugadas: los dos carrileros, los dos medios y los tres puntas.

Virtudes

Ataca y defiende en bloque y sale en corto o en largo. Madura respuesta a las contingencias arbitrales. El saludo de Azpilicueta al colegiado navarro tras ver la amarilla fue un ejemplo.

Talón de Aquiles

Pifiazo de Marcao al margen, no tiene un organizador claro y alguna vez le hará falta. ¿O el colectivo suplirá la carencia?

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