Seguramente cuando Julen Lopetegui lea esto torcerá el gesto porque su única religión es el siguiente partido, pero los análisis están para ver las cosas con un mínimo de amplitud, también temporal, y el Sevilla en las dos próximas semanas se juega la temporada hasta el punto de tener en su propia mano aspirar a todo.

El equipo que ha construido se ha tornado una roca, como bien lo definió tras la cita de Pamplona el entrenador de su última víctima, Jagoba Arrasate, y el calendario pone ante los nervionenses desde este sábado hasta el 9 de marzo cuatro citas que van a marcar el futuro del Sevilla en las tres competiciones en las que está vivo y bien colocado y aunque el Borussia Dortmund complicó con su victoria su continuidad en la Champions los que conocen a este equipo saben bien que no todo está dicho y que el Sevilla es capaz de levantar una eliminatoria que es cierto que se ha puesto muy cuesta arriba.

El Sevilla, con una racha escalofriante de resultados –una derrota y nueve triunfos de los últimos diez partidos disputados–, puede empezar a decir mucho en la Liga, en la Copa y en la Champions si le sonríe la suerte en sus cuatro próximos compromisos.Para empezar, en el torneo de la regularidad acaba de acceder a la tercera plaza y se va a jugar con el Barcelona esta posición este mismo sábado 27. Dar otro golpe (sería el segundo en menos de dos semanas) al gigante culé significaría presentar la candidatura a todo lo que se ponga por delante en la competición en un año en el que está claro que los grandes están flaqueando, algo que hasta el momento ha aprovechado el Atlético de Madrid, pero que a partir de ahora lo puede hacer el Sevilla, el equipo que mejor inercia lleva y que se ha convertido ya en el mejor de la segunda vuelta en cuanto a resultados.

Aunque el objetivo inicial está bastante encauzado, quizá de manera más positiva de la que en un principio se podía pensar a estas alturas de temporada, la ambición que siempre ha demostrado esta entidad hace que el Sevilla pueda decirse que no renuncia a nada. Los de Lopetegui han dejado ya a 7 puntos al quinto clasificado, en este caso la Real Sociedad, un equipo que hasta hace poco peleaba con los blancos por la cuarta plaza.

Pero es que si en la Liga la situación de los de Lopetegui invita a soñar, la opción de meterse en una nueva final llegará sólo cuatro días después, el miércoles 3 de marzo, fecha en la que el Barcelona tendrá que levantar en el Camp Nou un 2-0 para impedírselo. La vuelta de las semifinales de Copa llega como otra de las grandes citas de la actual temporada, el paso definitivo para volver a pensar en ganar títulos. Las sensaciones del partido de ida fueron inmejorables, pero habrá que sufrir porque el Barça en su estadio es temible y si Messi en el Sánchez-Pizjuán se encontró con Bono, en el Camp Nou tendrá una nueva oportunidad de cumplir su objetivo.

Después de la cita en la Ciudad Condal, sabiendo ya si estará o no en la final del Estadio de La Cartuja, los de Lopetegui disputan ante el Elche el choque liguero aplazado al comienzo de la temporada, un choque que servirá al entrenador guipuzcoano para dar aire a sus jugadores importantes de cara a la batalla de Dortmund. El encuentro ante los ilicitanos será el sábado 6 y también la distancia obtenida con respecto al quinto permitirá al ex seleccionador dar descanso con mayor libertad a jugadores más cargados por el desgaste pensando en la importancia que el martes 9 tendrá la gran cita en Alemania ante Haaland, Jadon Sancho y compañía, que puede marcar la historia de este club en la máxima competición continental.

Pero no quedará ahí la cosa. Cuando todo eso se haya definido a los de Lopetegui les llegará la segunda entrega del derbi ante el Betis en el Sánchez-Pizjuán, aunque ese duelo tenga más carga sentimental que otra cosa en unos idus de marzo que se prevé apasionante por lo mucho que hay en juego, ya que está a la mano todo. O casi todo.