A Almeyda se le apaga la luz
La primera goleada encajada y el primer partido sin marcar deja ya en evidencia que el bajón no es sólo de resultados: el Sevilla no genera en la fase ofensiva si no es a la contra o con robos adelantados
El falaz 'frame' manda en el fútbol: del penalti de Nianzou a los de Peque y Azpilicueta
Con la entrada del otoño en su fase oscura, tras el cambio de hora, a Matías Almeyda se le ha apagado la luz. Al Sevilla todavía le dura la resaca de su festín contra el Barcelona. Todo un resacón que ha dejado en evidencia no ya las carencias de la plantilla, que ya se conocían, sino la gestión de un entrenador que sigue empeñado en señalar los errores defensivos como trascendentales, errando el tiro. ¿Y el juego ofensivo?
Era obvio que el Sevilla se iba a encontrar a rivales muy distintos al Barcelona en las jornadas siguientes, equipos que no iban a arriesgar adelantando su defensa. Y la consecuencia de no adaptarse a las nuevas lecturas que los contrincantes hacen de aquel Sevilla que presionaba arriba, robaba y salía rápido es que el giro ha sido hacia un juego inane y sin pegada. El Sevilla tuvo más posesión que el Atlético en su casa, ¿pero para qué si no sabía qué hacer con el balón para inquietar a Oblak?
Una parada tuvo que realizar el solvente meta atlético y fue a un zambombazo desde fuera del área, de Gudelj. Salvo la irrupción en el área inicial de Isaac apenas se recuerdan acciones de peligro en las inmediaciones del portero eslovaco. Además del disparo de Gudelj, hay que contabilizar otros dos fuera del área, de Rubén Vargas y Sow. Y poquísimo más.
Los datos delatan la mala lectura de Almeyda no ya del plan y el desarrollo del partido, sino del análisis del mismo a posteriori. “El análisis es que el primer tiempo lo hicimos bien equiparando a un rival fortísimo (...). Veníamos luchando bastante bien hasta el penal”, dijo. ¿Seguro? El Sevilla apenas se acercó al área del Atlético, que tuvo varias ocasiones clarísimas, antes del descanso, con paradones de Vlachodimos, un balón al poste y un posible penalti de Azpilicueta.
El que sí vio Almeyda fue el de Nianzou, al que indirectamente culpó de que se decantase el partido para los locales. “Dentro del área es complicado tirarse a los pies, ya se sabe... Define partidos”, dijo.
Pero lo más grave es que no reconociera que su equipo apenas generó. Con un 53% de posesión sólo realizó dos remates a portería. Con un 47%, el Atlético realizó diez y 12 de los 15 remates atléticos fueron dentro del área, frente a sólo dos del Sevilla. El alumno Almeyda cayó en los brazos del maestro Simeone, que le dio el balón y esperó el fallo. El Sevilla optó por salir jugando desde atrás, recordando a García Pimienta, que en 11 jornadas llevaba 15 puntos, dos más que Almeyda.
Dos puntos que el Sevilla de García Pimienta
Las tres derrotas consecutivas del Sevilla han dejado al equipo de Almeyda anclado en la mitad baja de la tabla con 13 puntos en once jornadas. De este modo, ya tiene dos puntos menos que el Sevilla de García Pimienta en la misma jornada undécima. El Sevilla, además, ya está entre los equipos más goleados de Primera (-19). Casi nada.
Si no puede presionar arriba ni procurar robos y salidas rápidas, el plan A que le dio resultado hasta el día del Barcelona, porque el rival lo espera el Sevilla no tiene plan B efectivo más allá de manosear la pelota, a veces con verticalidad pero sin remate, otras con excesiva pasta por falta de calidad, máxime si no están Agoumé o Alexis, que son claves para el juego ofensivo igual que lo es Azpilicueta para el defensivo. Y sin pisar el área es muy difícil puntuar y se está a expensas de que cualquier accidente haga caer el partido para el rival como fruta madura. Como pasó en el Metropolitano.
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