El Sevilla inició este lunes una semana atípica en la que solo tiene un partido después de caer eliminado en la Copa del Rey ante el Barcelona, y por ello su entrenador, Pablo Machín, dio dos de descanso, lo que no ha sido habitual hasta ahora.

El equipo hispalense empezó a competir a finales de julio con las eliminatorias previas de la Liga Europa y después afrontó la Supercopa de España y posteriormente compaginó el torneo europeo, LaLiga y la Copa del Rey en un apretado calendario que ha quedado algo más relajado con la eliminación el pasado jueves en los cuartos de final de la Copa.

Machín, después de que el equipo perdiera el sábado en Vigo ante el Celta (1-0), trabajó con los suyos el domingo en la ciudad deportivay, sin partido hasta el próximo domingo en el estadio Ramón Sánchez Pizjuan ante el Eibar (18:30 horas), dio descanso a sus jugadores este lunes y el martes para retomar el trabajo el miércoles.

En el entrenamiento del domingo dos jugadores que arrastran lesiones, el delantero Munir El Haddadi y el carrilero Jesús Navas, trabajaron sobre el césped con balón en la última fase de la recuperación, aunque aún no se ejercitaron con el grupo. A lo largo de la semana, según informó el Sevilla en un comunicado, se valorará la incorporación al grupo dependiendo de la evolución.

Otros que están pendiente de evolución de sus respectivas dolencias son el lateral brasileño Guilherme Arana, quien sufrió en Vigo un golpe en la nariz y no pudo acabar el partido, y el carrilero Aleix Vidal, quien se lesionó en la anterior jornada frente al Levante y ya fue baja en la Copa ante el Barcelona y también en Vigo.

Siguen sus procesos de recuperación de lesiones de más larga duración los franceses Joris Gnagnon y Maxime Gonalons y Nolito.

El Sevilla volverá la próxima semana a tener dos partidos, ya que afrontará el jueves 14 de febrero la ida de los dieciseisavos de final de la Liga Europa en Roma ante el Lazio.

Precisamente para ese partido, este lunes se inició la venta de entradas en las taquillas del Sánchez Pizjuán, en las se formaron colas de aficionados que quieren viajar para ver a su equipo en la capital italiana.