El taconazo de Alexis fue un chispazo en un cuarto oscuro
Almeyda dibujó un 5-3-2 con eficaz presión que se fue desordenando y, ya con cuatro atrás, todo fue un correcalles
Así jugaron los futbolistas del Sevilla ante el Elche
La hormigonera de Matías Almeyda está vertiendo aún su contenido y queda por ver si cuaja. Por lo pronto, persiste el Sevilla que se agarrota en su casa y queda grogui en cuanto recibe el primer golpe bajo: con el empate del Elche, el equipo perdió el buen son con el que salió del intermedio, el estadio calló... y Rafa Mir puso el resto para que todo el orden estallara en mil pedazos.
Almeyda trae un plan rompedor, la presión del equipo fue eficaz por momentos, el físico de los nuevos (Azpilicueta, Batista Mandy, veremos Suazo) ya se refleja, pero persisten defectos nucleares: el rival necesita muy pocas llegadas para hacer goles, la medular apenas crea y arriba falta calidad. Alexis salió y su taconazo fue un chispazo en un cuarto oscuro.
Defensa
Sorprendió Matías Almeyda con los tres centrales y con sus intérpretes. Azpilicueta por la derecha, Nianzou en el medio y Marcao en la izquierda. Un golpe de audacia si salía bien, una apuesta demasiado arriesgada si salía mal. Los centrales son las piezas que necesitan estar mejor engrasadas y coordinadas, porque los fallos cuestan más caros que más adelante, y el entrenador argentino tira de un recién llegado, de otro que aún no había jugado esta temporada y de otro con un papel residual, como es Marcao.
La piedra angular para competir es la solidez, el Sevilla la anhela desde hace meses y meses y Almeyda quiso probar con ese plan disruptivo. Físico, más físico. Intensidad. Para ello, por delante, Gudelj más fijado, más Agoumé y el debutante Batista Mendy como vértices más adelantados del triángulo. Tener a los carrileros Juanlu y Alfon adelantados a la zona media ayudó a crear esa tupida malla. Y vista la disposición, la actitud fue clara: desde Isaac y Rubén Vargas, las piezas más adelantadas, hasta los tres centrales, que saltaban de forma alternada a líneas más adelantadas para evitar giros y paredes de sus pares, la presión sevillista fue una constante. Otra cosa es que resultara todo lo eficaz que Almeyda pretendía, entre otras cosas porque a Gudelj le cuesta ya incluso tan parapetado como estaba y porque Batista Mendy se presentó en sociedad como un medio más fino que rudo, a pesar de su imponente físico.
Ataque
El osado planteamiento de Eder Sarabia, asumiendo todos los riesgos en la salida del balón desde atrás, el primero el dubitativo portero Dituro, sirvió varias recuperaciones muy golosas cerca del área ilicitana, pero a Isaac le faltó finura para dar continuidad a las jugadas, cuando no pisó los mismos terrenos que Vargas en lugar de repartírselos.
Los carrileros, Juanlu y Alfon, estuvieron siempre bien obturados por dos defensores y por dentro, la creatividad fue casi nula: algún pase del desconocido Mendy y ya. Alexis dejó claro en dos detalles que el fútbol es otra cosa.
Virtudes
El equipo juega con corazón y ganó en físico. Almeyda los agita bien, pero...
Talón de Aquiles
...cayó en el desorden cuando sus limitaciones lo hicieron descarrilar del plan.
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