Sevilla FC

Unos tocan para marcar; los otros para controlar (2-0)

  • El Sevilla demuestra que aún está un par de peldaños por debajo del Atlético de Madrid y cae derrotado en el Wanda

  • Los rojiblancos impusieron su filosofía de la efectividad y anotaron en dos de sus tres llegadas, mientras los visitantes erraron las escasas que tuvieron hasta que sí fueron al final de verdad al ataque 

Correa dispara con la izquierda delante de Fernando para anotar el 1-0.

Correa dispara con la izquierda delante de Fernando para anotar el 1-0. / LaLiga

El Sevilla aún está dos escalones, por lo menos, por debajo del Atlético y tal vez una de las explicaciones a esa verdad inobjetable esté en la idea del fútbol que entienden sus dos entrenadores. Uno, Diego Pablo Simeone, sólo profesa la fe de tener la pelota para avanzar y para tratar de hacerle daño al rival, no para desplazarla de un lado para otro; el otro, Julen Lopetegui, apuesta por poseer el preciado objeto esférico como una manera de controlar la situación mientras no sea necesario tirar para adelante en una situación extrema. Ambas concepciones son válidas, pero el casero Estrada Fernández consignó en el acta de la cosa un concluyente dos a cero. Es el único dato objetivo que no admite ni el más mínimo debate.

Es un primer resumen de lo que se vio en la gélida noche en el Wanda Metropolitano, pero es la cruda realidad cuando topaban el líder de la Liga Santander con un aspirante a mantenerse en la zona más noble de esa misma categoría. A partir de ahí se pueden añadir ingredientes en la coctelera, como que unos pueden pagarle la soldada a Luis Suárez y otros se tienen que conformar con hacer malabares para alcanzar a Luuk de Jong, por colocar a dos futbolistas más o menos de la misma edad, pues la siguiente comparación tal vez sería incluso mucho más odiosa si se sitúa en el fiel de la balanza a Joao Félix con En-Nesyri. Pero ésas son cuestiones sin valor cuando se enjuicia un partido de fútbol, pues cada uno juega siempre con las armas de las que dispone y en muchos días será el Sevilla el que posee un arsenal infinitamente mayor que el adversario con el que le ha tocado colisionar.

Así que no se trata de eso, sino de enjuiciar lo que aconteció sobre el perfecto césped del Wanda Metropolitano, sobre un tapiz que nada tenía que ver con la nieve que había por sus alrededores. Sí, parecía un poco duro, pero estaba perfecto para que el balón rodara de manera adecuada y para que ambas escuadras pudieran hacer el fútbol que dictaban sus futbolistas y también sus cuerpos técnicos.

Lopetegui colocó a los mismos futbolistas que ante la Real, pero varió a los tres de arriba de posición

¿Y cuál es la primera variable en el seno de un Sevilla que parte con exactamente los mismos futbolistas que habían derrotado sólo tres días antes a la Real Sociedad? Dentro de ese esquema clarísimo y ya habitual de 1-4-3-3, la diferencia está en la situación de las tres piezas de arriba. Porque Lopetegui trata de luchar contra la adopción de Simeone al fútbol moderno colocando a Ocampos por la derecha, Suso por el centro tendiendo a apoyar al triángulo que integran el argentino y Jesús Navas para atacar a Yannick Carrasco por ese costado, y En-Nesyri convertido en un extremo izquierdo que no tiene nada que ver con el goleador que ha sido en los últimos tiempos.

Es el plan de partida de Lopetegui frente a un Simeone que ha abjurado de su clásico 1-4-4-2 para apostar con rotundidad por los métodos más modernos de partir con tres centrales, dos laterales/extremos y mucha gente por el medio para llegar con multitud de opciones de remate. Eso sí, a la hora de defender son cinco atrás. En fin, un clásico en el fútbol italiano que el entrenador del Atlético jamás había utilizado y que ahora, sencillamente, lo tiene líder en España con cuatro puntos de ventaja sobre el segundo y a falta aún de disputar dos partidos más para estar equilibrado con sus perseguidores.

El Sevilla, en esa fase de romper a sudar, si es que se podía con la temperatura que hacía en Madrid a las nueve y media de la noche, tiene una ocasión clarísima de gol. Ocurre, sin embargo, que parece que no se le da la mínima trascendencia a la misma por estar en el minuto tres, algo así como las tarjetas que perdonan los árbitros en esos albores de la cosa, pero el gol que deja pasar Rakitic en un saque de esquina que lo deja absolutamente solo delante de Oblak es de los que al final cuestan partidos, como así fue.

El Sevilla perdonó pronto a través de Rakitic; el Atlético fue justo lo contrario, a la primera gol

Porque el Atlético va a ser justo lo contrario. Mientras el Sevilla se entretiene en tocar para sentirse dueño, ficticio, de la cuestión, a la primera que se acercan los rojiblancos de verdad al área de Bono, en el minuto 17, anota un gol Correa. Llegada por la derecha tras apertura de Lemar desde el centro, que ya eran varias a esas alturas, pase atrás de Trippier y Correa en ningún momento le da por pensar en un pase más al costado para centrar inocuamente. No, se da la media vuelta y chuta con su pierna menos buena, la izquierda, para que el balón pase entre las piernas de Fernando y coja a todo el Sevilla, incluido Bono y el siempre providencial Koundé, sin capacidad para reaccionar.

Eso es el fútbol, llegar por primera vez y marcar, jugar para hacerle sangre al rival y el Atlético supo interpretarlo a la perfección. El Sevilla, mientras, iba a seguir a lo suyo, a tocar, a desmarcarse, a jugar medianamente bonito para el espectador neutral. Eso sí, tendrá otra para marcar (22’), pero Oblak sale perfecto ante En-Nesyri y la pelota, sin portero, le cae a la derecha a Acuña para que dispare fuera. Un millón de veces más clara fue la opción de Luis Suárez instantes después (25’), aunque Bono le hace un paradón increíble.

Dos llegadas de Koundé por la derecha quedaron en nada por falta de rematadores

Nada más sucederá en el primer acto, como tampoco en el segundo, más allá de un remate de En-Nesyri con la derecha con escaso ángulo y de la constatación de que dos llegadas de Koundé con cierto peligro, teórico, por la derecha se quedan en nada por el escaso número de opciones en el área para hacerle daño a Oblak.

¿El Atlético? Sigue a lo suyo hasta que se le presenta la tercera opción nítida para hacer daño y totalizar un 2/3 que en el baloncesto sería un magnífico porcentaje. Quien llega por la derecha es Marcos Llorente, vuelve a poner el balón atrás y ahí Saúl Ñíguez, en lugar de dar el enésimo pase de vuelta, como habrían hecho Suso, Rakitic y todos los interiores que vistieron de blanco, le pega fuerte y colocado.

Dos a cero y a partir de ahí, qué casualidad Miguel, sí comienza a llegar el Sevilla hasta Oblak. En-Nesyri falla un gol clarísimo en un balón rebotado sencillamente porque ya hay mucha gente en el área rival, Fernando no llega a un remate franco en el segundo palo que da en el poste y Diego Carlos cabecea fuera con muchas opciones de gol. En diez minutos, ya con dos a cero, no era cuestión de tocar tanto y sí de llegar arriba. La cuestión, lógica, es por qué con dos a cero sí se puede jugar con esos riesgos y antes no. En fin, cada maestrillo tiene su librillo y al Sevilla le va muy bien con el de Lopetegui, sólo que esta vez perdió y evidenció que aún le falta algunos escalones por subir para estar entre los elegidos.

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