Salud ocular

Anota los mejores consejos para evitar la conjuntivitis en lo que queda de verano

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Cada vez que llega el verano, son muchos los riesgos sanitarios a los que nos exponemos a causa las circunstancias diversas en las que nos encontramos en estos meses, sea con el fin de disfrutar del tiempo libre en caso de poder disfrutar de las vacaciones o simplemente para combatir las temperaturas elevadas (o extremas, en el caso de este 2022). 

Por ello, los profesionales de la salud recomiendan extremar las precauciones, aunque más especialmente en ciertos ámbitos como el cuidado de nuestra piel ante los peligros de la exposición excesiva y descontrolada a las radiaciones solares, evitar las situaciones que aumenten el riesgo de sufrir un corte de digestión, mantener la hidratación y cuidar nuestros oídos para evitar infecciones como la otitis, entre otros muchos hábitos que nos ayudan a evitar que se nos amargue una época normalmente asociada con la diversión, el ocio y el buen clima.

En esta ocasión, nos centraremos en los consejos de oftalmólogos para evitar la conjuntivitis en verano, para poder mantenernos a salvo de los molestos síntomas de la misma, que incluyen lagrimeo anómalo, hipersensibilidad a la luz, enrojecimiento y escozor.

Utilizar gafas de bucear

Esta primera indicación, especialmente importante para niños, se refiere a priorizar el uso de estas gafas especiales para nadar o bucear. De esta manera, nuestros ojos no entrarán en contacto directo con el agua, evitando irritación por cloro en el caso de las piscinas o la entrada de ciertos gérmenes en nuestra conjuntiva (membrana que cubre la parte blanca de nuestro ojo y la cara interior de nuestros párpados) en el caso de playas y similares.

Evitar tocarse los ojos 

Cuando frotamos nuestros ojos con las manos trasladamos los gérmenes que nos haya podido transmitir el contacto con cualquier superficie a nuestros párpados, además de a la superficie del ojo y la piel que recubre la zona cercana. Estos gérmenes, como también puede hacer el cloro, pueden provocar infecciones oculares varias y especialmente conjuntivitis, por lo que se recomienda tratar de no rascarse o tocarse los ojos después de bañarse en la piscina si no nos hemos secado, o después de entrar en contacto con césped o arena.

Ducharse nada más salir de la piscina

Al ducharnos tras cada baño, nos aseguraremos de deshacernos de elementos que puedan provocar la mencionada sintomatología, además de conseguir limpiar residuos de cloro y similares que queden en nuestra piel.

No compartir toallas o productos cosméticos

En el caso de las toallas, no compartirlas y mantenerlas limpias siempre que sea posible evitará la acumulación de sustancias nocivas de todo tipo que puedan generar conjuntivitis y otras sintomatologías, mientras que en el caso de los cosméticos, como cremas solares faciales, mantenerlas de uso individual exclusivo evitará la transmisión de componentes que una vez más puedan convertirse en problemas sanitarios.

Utilizar suero fisiológico al volver de playas y piscinas

Este componente nos ayudará a limpiar nuestros ojos e hidratarlos, evitando irritaciones e infecciones derivadas de sustancias entre las que destaca el cloro. Por otra parte, las lágrimas artificiales también ayudan a evitar la sensación de sequedad en nuestros ojos mientras favorecen su limpieza e hidratación propia.

Proteger los ojos cada vez que sea posible, también fuera del agua

Esto se puede conseguir mediante el uso de gafas de sol para protegernos de las radiaciones solares, además de cubrir nuestros ojos para evitar la entrada de polvo, arena o partículas en suspensión que también provoquen problemas oculares.

Evitar el uso de lentillas en los baños

Las lentillas, aunque sean verdaderamente beneficiosas para personas con problemas de vista o incluso sean un accesorio fascinante en el caso de las lentillas de colores, pueden acumular gérmenes procedentes del agua de la piscina o la playa, aumentando el riesgo de aparición de conjuntivitis y otras sintomatologías oculares. Por otra parte, mantener las lentillas limpias es también un hábito muy recomendable para mantener nuestros ojos sanos, tanto en verano como en el resto del año.

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