El coronavirus y sus efectos sobre la salud no dejan de sorprender. A medida que avanza la pandemia y se estudian las secuelas del virus SARS-CoV-2, aparecen nuevos síntomas y patologías relacionadas con la enfermedad. 

La variante Ómicron ha resultado ser exponencialmente más leve a todos los niveles que las variantes anteriores. De los miles de contagios que golpean en la actualidad todos los países del mundo, un porcentaje mínimo requiere de hospitalización, por lo que el resto de los contagiados son capaces de sobrellevar los efectos de la enfermedad encerrados en sus casas.

Los síntomas que se asocian a la nueva cepa que asoló España a mediados de noviembre son el dolor de cabeza, la tos seca, la congestión nasal, el dolor de garganta, el dolor muscular y una leve fiebre o febrícula. A estos síntomas se le ha unido recientemente un posible nuevo amigo: el dolor de oído. 

Ómicron está más relacionado con afecciones de las vías altas, por ese motivo los síntomas que más se aprecian en la actualidad con respecto a esta mutación son muy parecidos a los del resfriado. Precisamente por atacar las vías altas, es muy posible que se desarrolle a raíz de ahí una molestia notable en los oídos.

Gaes, una de las empresas de audífonos más grandes del mundo, se ha hecho eco de este nuevo cuadro de síntomas y ha publicado que "los pacientes describen este dolor como el que se experimenta con una otitis". Han intentado explicar el motivo de este dolor, y es que, según declaran, "este malestar se debe a una inflamación derivada de la obstrucción y de la inflamación que el coronavirus provoca en las vías altas".

"La congestión va íntimamente relacionada con la oclusión de las trompas de eustaquio. Así, cuando la parte superior de la garganta y la nariz está inflamada, los canales que conectan el oído medio con la parte trasera de la nariz y la pate superior de la garganta se obstruye, lo que genera molestias en el oído y problemas temporales de audición", desarrolla Gaes en su página oficial.

Por tanto, este dolor de oído va intrínsecamente relacionado con una congestión notoria y duradera. Es importante hacer mención a este matiz ya que, si una persona sufre un dolor súbito y repentino de oído pero no ha tenido congestión nasal, no estará enfermo de covid, sino que probablemente tenga una infección que necesita de atención médica lo más temprana posible.